Historia repetida-Jorge Navarrete

Historia repetida-Jorge Navarrete

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CONOCEMOS el libreto. Un cierto hecho instala la necesidad del cambio de gabinete, lo que es secundado por los partidos políticos que componen la coalición oficialista, la oposición acusa que se trata de una señal de debilidad, el gobierno lo desmiente pero, más temprano que tarde, se renueva el elenco de los principales colaboradores del Presidente de la República.

¿Qué habría de ser distinto en esta ocasión? Sólo quizás el momento y la forma. En efecto, y por razones muy distintas, la entrevista del expresidente Lagos aparecida el pasado jueves o los resultados de aprobación del gobierno que publicará la encuesta Cadem este lunes, pudieran haber alterado los ritmos con que La Moneda debió haber manejado este nuevo capítulo de tan vieja teleserie. Pero la mayor dificultad, me parece a mí, estriba en la titánica tarea de convencer a un grupo de profesionales -especialmente si éstos disponen de un cierto prestigio y patrimonio político que quieren preservar y proteger- de que asuman la tan temeraria como peligrosa tarea de ingresar a este gobierno y por el tiempo que le resta.

Así las cosas, la Presidenta de la República puede optar entre tres alternativas.

La primera, para estos efectos diremos la minimalista, es simplemente limitar el cambio de gabinete al reemplazo de todos los ministros o subsecretarios que pretendan ser candidatos en la próxima elección parlamentaria y senatorial, como es el caso de la ministra Claudia Pascual. En este escenario, no deberíamos tener grandes expectativas de lo que ahí resulte, pues se trataría de una modificación más bien sectorial, por no decir lateral, la que poco y nada debería incidir en la gestión de este gobierno.

La segunda, de carácter práctica, es mover las piezas internas de las que actualmente se dispone para, en una suerte de reconocimiento a la tarea bien cumplida, promover a los colaboradores que han efectuado bien sus tareas y eventualmente desprenderse de aquellos que abiertamente defraudaron las expectativas. Bajo esta posibilidad es que, por ejemplo, podríamos ver al ministro Máximo Pacheco acercarse al Palacio de La Moneda, para así reforzar el equipo que deberá liderar la última etapa del gobierno.

La última, más radical y quizás por eso menos probable, la que también puede combinarse con las dos anteriores, es repetir el libreto que Bachelet ya escribió una vez y hacer una modificación profunda del equipo político del gobierno. Tal opción, además de las dificultades inicialmente descritas en esta columna, enfrenta el problema de que el ministro del Interior fue recientemente elegido y, en el caso del titular de Hacienda, su segunda remoción sería una señal muy compleja de explicar, tanto en Chile como en el extranjero.

Puestas así las cosas, quizás la más importante novedad y dónde estará centrada la atención, sea en el destino del actual ministro Nicolás Eyzaguirre; cuestión que tampoco contribuirá a mover significativamente la aguja de las expectativas públicas y privadas.

 

La Tercera/La Tercera

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