Goic: «Hubo parlamentarios DC desleales con mi candidatura»

Goic: «Hubo parlamentarios DC desleales con mi candidatura»

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Tras leer su carta de renuncia a la presidencia de la DC el lunes ante el Consejo Nacional del partido, la senadora y ex candidata presidencial de la colectividad, Carolina Goic, se retiró raudamente de la sede del partido que condujo por un año y siete meses. Luego de dimitir tras la debacle electoral democratacristiana el domingo en la noche -donde su candidatura presidencial quedó en quinto lugar con el 5,88% de las preferencias, y el partido obtuvo 13 diputados-, la ex abanderada pasó por la casona de Providencia que albergó su comando: estuvo brevemente en su oficina del cuarto piso para retirar sus pertenencias; entre estas, las fotos de su padre, Pedro Goic, junto al ex Presidente Eduardo Frei Montalva.

En el lugar, sus asesores se quedaron por algunas horas haciendo un análisis de la campaña, que inició el 11 de marzo cuando la Junta Nacional DC la proclamó de manera unánime como su abanderada. Mientras tanto, Goic ya había llegado a su casa de Ñuñoa, donde pasó el día con su marido, Christian Kirk, y sus dos hijas. Ayer, la senadora optó por tomar una pausa de su actividad en el Congreso, para descansar tras ocho meses de campaña. No obstante, interrumpió ese momento -antes de participar de un evento familiar- para abordar con «El Mercurio» su resultado presidencial y la crisis DC, a 24 horas de haber dejado la conducción partidaria. Goic está más tranquila, pero continúa molesta con sectores del partido que, acusa, fueron «desleales» con su candidatura.

-¿A qué atribuye el haber obtenido menos del 6% en las elecciones presidencial?

-Déjeme poner ese 6% en positivo. Es gente que apoyó esta candidatura porque creyó en nuestro mensaje, en nuestra propuesta, y ese es un camino que queda abierto, salir de la polarización, recuperar la mirada de largo plazo, cambios pero con gradualidad. Agradezco de todo corazón a todos y todas quienes me dieron su voto.

-¿Se siente responsable?

-Cuando presenté mi renuncia dije que asumía mi responsabilidad en la conducción de decisiones que fueron tomadas de manera colectiva.

-¿Pero tiene alguna autocrítica respecto a lo que fue su campaña?

-Siempre hay cosas en una campaña que se pueden hacer mejor, sobre todo cuando se enfrenta un desafío difícil con pocos recursos; probablemente desde haber planificado con más tiempo el despliegue de una candidatura. Pero todos saben cómo se dieron las cosas y yo estoy muy tranquila por haber estado dispuesta a dar peleas difíciles desde la convicción.

-¿Qué responsabilidad tienen quienes tensionaron su candidatura haciéndole guiños permanentes a Guillier?

-Es evidente que si usted encabeza una candidatura y pertenece a un partido, y todos los días tiene que estar respondiendo a cuestionamientos de quienes supuestamente debieran apoyarla, eso va debilitando y generando dudas legítimas en la ciudadanía. La lealtad es un valor muy apreciado y de eso faltó mucho en el ámbito parlamentario de mi partido.

-El 97 tenían 38 diputados, el 2001 bajaron a 23, el 2013 obtuvieron 21 y ahora 14. Los números indican una tendencia dramática a la baja. ¿A qué la atribuye?

-Durante mucho tiempo yo rescaté como un valor la diversidad de miradas en la DC, pero cuando esas diferencias dejan de procesarse de manera interna en los espacios que corresponde y se termina en una guerrilla de facciones por los medios, se produce confusión en la gente y eso se ha ido castigando en cada proceso eleccionario.

-¿Se puede unir a un partido donde está en un extremo Mariana Aylwin y en el otro Yasna Provoste? ¿Perjudicó su opción la «crisis de identidad» que se advierte en la DC respecto al rumbo que debe adoptar el partido?

-En la DC hace rato que se perdió la disciplina partidaria. Y cuando usted centra sus esfuerzos en la ingeniería electoral y deja de lado la mirada más profunda de la sociedad, se produce una desconexión que nos ha ido pasando la cuenta.

-Usted advirtió que la DC «está en un proceso que de no modificarse nos llevará a la autodestrucción».

-Es lo mismo que le dije anteriormente. Si usted no respeta los códigos internos de mínima disciplina que tiene que haber en un partido, está implantando el germen de la autodestrucción: se pierden las normas de convivencia y eso va generando un desgaste progresivo. Mire, cuando fui a presentar mi renuncia a la sede del partido, me recibieron con una barra brava de apoyo a Guillier… eso no corresponde, no es el partido al que mi padre me enseñó a querer.

-La DC obtuvo 640.612 votos en la elección parlamentaria (10,68%). En la presidencial usted logró 387.664 votos (5,88%). ¿Cómo explica esa marcada diferencia?

-Hubo varios parlamentarios del partido que fueron desleales con mi candidatura. Hubo parlamentarios que nunca apoyaron mi candidatura y eso es evidente. Y apoyar es mucho más que ponerse para la foto.

-Incluso en Magallanes, los candidatos DC obtuvieron el 12,88%, y usted, que es senadora de la zona, obtuvo el 11,71%.

-Las deslealtades fueron más notorias en algunas regiones. Yo concentré mi trabajo en el resto de Chile, donde nos desplegamos en la campaña.

-Gutenberg Martínez dijo que dirigentes «boicotearon» su candidatura». ¿Comparte sus dichos?

-Ya le respondí: eso es evidente.

-¿Se sintió traicionada por la DC?

-Por las bases jamás, y les vuelvo a agradecer todo su apoyo. Lo repetí muchas veces en mis discursos: como nunca, se reconocían como camaradas gente sencilla en cada comuna, orgullosas de nuestra candidatura.

ROL DE LA DC

-¿Cree que la elección de Rincón y Provoste marca un «giro a la izquierda» de la DC?

-Ellas representan una sensibilidad política legítima en la DC. Habrá que ver su desempeño parlamentario.

-¿No califica los resultados DC como los peores desde 1990?

-Los resultados de las campañas obedecen a múltiples factores. Yo estuve durante meses recorriendo el país sin descanso y apoyando a todos los candidatos que me lo pidieron. Sé que hay algunos que quieren culparme de todo, pero eso me parece excesivo e injusto. Habrá tiempo para hacer el análisis con más calma, pero desde la conducción como presidenta, en el momento en que me correspondió hacerlo, asumí la candidatura cuando no existían otros liderazgos, y lo hice bajo la tesis de la mirada ética, de la transparencia, de la buena política que tanta falta hace a este país. Me deja la tranquilidad de haber iniciado un camino imprescindible en política; no de la calculadora, sino el de la convicción. Es el compromiso que hice ante el país en el funeral de Patricio Aylwin.

-¿No se hizo evidente que haber ido en lista parlamentaria con la Nueva Mayoría hubiese favorecido a la DC?

-Una de las virtudes de esta campaña, y que valoraron las bases del partido, es que se retomó una identidad DC, un orgullo perdido. Lo dijimos: la discusión por los mecanismos no puede nublarnos de los objetivos. En cualquier caso, fueron los otros partidos los que se negaron al acuerdo, habría que preguntarles a ellos.

-«Hemos levantado una bandera, iniciado un camino que no tiene vuelta atrás. Probablemente esa sea a la larga, la mayor contribución de nuestra candidatura», dijo usted el domingo. ¿Cuán testimonial fue su campaña? Quienes la impulsaron reconocieron estos días que esta opción tenía un «costo electoral».

-Nosotros nos atrevimos porque creemos firmemente en nuestras ideas, propuestas y esas siguen ahí y no desaparecen tras la derrota. El camino que no tiene vuelta atrás es el de la política buena, con ética, y ese estándar que instalamos es la vara con la que hoy se mide la actuación de todos los actores. Eso le hace bien a Chile.

-¿Qué influencia puede tener la DC en segunda vuelta, en un próximo Congreso, con 13 diputados?

-Eso lo tendrían que responder quienes hoy están al mando de la DC. Yo espero que seamos capaces de instalar ideas que beneficien a la gente y que le hagan sentido al resto de los legisladores. Habría sido ideal más parlamentarios, pero eso ya no ocurrió.

RESPUESTA A XIMENA RINCÓN

-En la bancada atribuyen algunas derrotas al haber hecho campaña con la foto de una candidata que no logró captar mayores adherentes. ¿Reconoce eso como un factor?

-Fueron pocos los parlamentarios que usaron mi imagen. Me parece una excusa sin sustento.

-¿Qué significado le asigna usted a que una de las senadoras electas, Ximena Rincón, le haya exigido asumir la responsabilidad política?

-El oportunismo es algo que tenemos que desterrar de la buena política. Yo no voy a descender a ese nivel. Mi declaración fue clara.

-El diputado Gabriel Silber afirmó que la campaña buscó un «voto inexistente, un electorado que no se condice con un partido socialdemócrata de centroizquierda, y ese amarillismo político ha generado este impacto electoral». ¿Cómo responde?

-El diputado Silber, que resultó electo por muy poco, se dedicó a aportillar nuestra candidatura desde el primer día por los medios y culminó esa ofensiva el lunes, como parte de quienes pidieron mi renuncia, compartiendo la mesa con su colega Ricardo Rincón. ¿Qué más quiere que le diga?

-¿Hubo un mensaje errado o no?

-No creo que enarbolar la ética como mensaje haya sido un error. Ese nuevo estándar ético ahora les será exigido no solo a los políticos, sino también a los empresarios, las FF.AA., los gremios, los medios. Eso sin duda es un aporte de nuestra candidatura.

-¿Y a qué se refirió cuando dijo con que a usted le ganaron «una pequeña batalla» ciertos sectores?

-Dije «algunos pueden sentir que han ganado una batalla» y me refería a un sector del partido que siempre estuvo con Guillier y, por tanto, mi derrota para ellos fue su pequeño triunfo.

-¿Se repitió la experiencia de Claudio Orrego en 2013, donde líderes DC apoyaron a Michelle Bachelet? ¿Hubo dirigentes que apoyaron a Guillier a sus espaldas?

-Si había quienes querían hacer campaña por Guillier, hubiera sido más transparente decirlo abiertamente, y no hacerle daño al partido. Yo encabecé una decisión colectiva tomada en conjunto, como lo hace la gente seria en política.

-Los mismos que pidieron su salida ahora afirman que el elenco de senadores electos se debe «traducir en una nueva conducción política». ¿Siente que propiciaron un mal resultado para detonar su salida y tomar el control del partido?

-Lo ignoro y ya no me compete. Le deseo lo mejor en la conducción a Matías Walker y espero que cuente con el apoyo leal que se requiere en momentos complejos.

-¿Cómo ve su futuro político ahora?

-Bueno, aún debe pasar tiempo para hacer esa reflexión, está todo muy encima. Por lo pronto, me quedan cuatro años como senadora y seguiré cumpliendo esa función con el mismo compromiso, como lo he hecho hasta ahora. Hay propuestas que construimos para Chile en las que voy a seguir trabajando, especialmente en el área de salud. Veo también muchos jóvenes y sobre todo mujeres que se han entusiasmado con la política y nuestra propuesta, y por supuesto los y las voy a seguir acompañando.

FRASES DESTACADAS

«»(A Ximena Rincón): El oportunismo es algo que tenemos que desterrar de la buena política. Yo no voy a descender a ese nivel».

«»Sé que hay algunos que quieren culparme de todo, pero eso me parece excesivo e injusto (…) Siempre hay cosas en una campaña que se pueden hacer mejor. Pero todos saben cómo se dieron las cosas».

«»En la DC hace rato que se perdió la disciplina partidaria. Y cuando usted centra sus esfuerzos en la ingeniería electoral y deja de lado la mirada más profunda de la sociedad, se produce una desconexión que nos ha ido pasando la cuenta».

«»Rescato como un valor la diversidad en la DC, pero cuando esas diferencias dejan de procesarse de manera interna en los espacios que corresponde y se termina en una guerrilla de facciones por los medios, se produce confusión en la gente y eso se ha ido castigando en cada proceso eleccionario». (El Mercurio)

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