Esta semana, tanto el Presidente Sebastián Piñera como el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, sostendrán actividades públicas que tendrán como foco el fortalecimiento del empleo y modernizaciones en el área laboral, según explican en el Ejecutivo. El énfasis se da luego de que las últimas cifras del INE, dadas a conocer el lunes pasado, mostraran que el desempleo aumentó de 7% a 7,2%.
El tema ha motivado un debate político, en el que incluso la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, aseguró que la economía ha «recuperado vigor», pero que ello no se ha traducido en una mejora en el empleo. Así, de cara al despliegue de esa «agenda de modernización laboral» esta semana, desde el Ministerio del Trabajo emanó una minuta en la que se delinean las acciones que emprenderá el Ejecutivo en el área en los próximos meses.
«Reactivar un mercado laboral en estado de letargo», parte el documento, afirmando que se espera crear 600 mil nuevos puestos de trabajo «de calidad» durante los cuatro años de gobierno. «Se trata de una meta muy compleja, porque recibimos un mercado laboral en condiciones precarias. A diciembre de 2017 se habían destruido 36 mil trabajos asalariados privados y de calidad», dice el texto, apuntando al gobierno de Michelle Bachelet.
Luego de ello, valoran algunos datos de las últimas cifras del INE sobre el trimestre móvil abril-junio 2018: «Mostró que fuimos capaces de revertir una tendencia donde el empleo público y por cuenta propia crecían más que el empleo privado de calidad. En el trimestre móvil se crearon 76.027 puestos de trabajo asalariados privados, cifra superior a los 13.331 creados en igual trimestre del año anterior».
Luego se afirma que se incorporará al mercado laboral a «grupos históricamente relegados», donde se menciona primero a adultos mayores, jóvenes, discapacitados y a la mujer. En relación con el empleo femenino, se destaca la próxima presentación del proyecto de sala cuna universal, el que «incentivará la participación laboral de la mujer, permitiendo que los costos de la maternidad se distribuyan de forma equitativa entre hombres y mujeres».
En relación con los jóvenes, se promoverá un subsidio al empleo joven, además de continuar con la tramitación del contrato especial para estudiantes -que ya aprobó la Cámara-, que busca permitir a los jóvenes adaptar su jornada de trabajo.
En otro eje se propone «preparar a Chile para el trabajo del futuro». «Tenemos que dar paso a nuevas formas de contratación y a una modernización de la legislación e institucionalidad vigentes, porque los empleos de hoy no serán los del futuro, y las estructuras laborales del presente deberán ajustarse a los nuevos requerimientos. Esos cambios demandan que las autoridades, los dirigentes sindicales y empresariales dejen atrás el temor, los prejuicios y bloqueos ideológicos, porque modernización no es sinónimo de precarización, sino de justicia y humanización», afirma el documento.
Para ello, se propone permitir «la posibilidad de celebrar pactos de adaptabilidad laboral, tanto a nivel individual y colectivo, especialmente en lo que se refiere a adecuaciones de jornada laboral y modos especiales de trabajo que beneficien a los grupos relegados», para lo cual se destaca una iniciativa de trabajo a distancia.
Esta agenda de adaptabilidad supone -explican en el ministerio- insistir en un punto que se evaluó durante el trámite de la reforma laboral de Bachelet, pero que contó con la oposición de partidos como el PS y el PC.
CORRECCIÓN A REFORMA LABORAL
Además se plantea «corregir ciertas normas de la reforma laboral referidas a la negociación colectiva, porque algunos aspectos de la ley, así como algunos dictámenes, conducen a conclusiones contradictorias y equivocadas«.
Por último se detalla una reforma al Compin; la modernización de la Dirección del Trabajo, que incluye ampliar los trámites electrónicos y separar las labores de fiscalización y sanción; y cambios al sistema de capacitación, con una reforma al Sence. De este último servicio se señala que las «temáticas y contenidos de las capacitaciones han ido quedando obsoletas de los requerimientos de los mercados laborales», para lo cual se propone «focalizar los recursos en los oficios del futuro«.
Además se enumeran cuatro pilares de la reforma previsional: mejoramiento significativo a las pensiones, «el ahorro previsional le pertenece a los trabajadores», ellos tienen «derecho a decidir» quién administra sus fondos -pudiendo ser una entidad distinta a la AFP, explican en el ministerio-, y elementos de solidaridad con los pensionados de clase media y las mujeres. Ese proyecto, no obstante, será presentado por el Gobierno durante septiembre. (El Mercurio)
