A las 20:50 horas de ayer perdió la vida el gendarme Felipe Andrés Quintana Espinoza (20), mientras era atendido en la UCI del Hospital de Carabineros, luego de haberse disparado en la cabeza, tras el término de su turno en el penal Colina I. Su cuerpo será entregado durante esta jornada a sus familiares, mientras que la fiscalía metropolitana Occidente y la institución realizan sendas investigaciones para aclarar lo ocurrido y determinar qué lo llevó a adoptar tan drástica decisión. La situación caló hondo en los funcionarios penitenciarios, que lamentaron lo ocurrido y pidieron mejoras tanto en el ámbito psicológico de los efectivos como en lo laboral.
El presidente de la Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios (Anfup), Juan Carlos Orellana, sostuvo que «no sabemos qué es lo que gatilla esta determinación. Será el exceso de trabajo, de turnos o problemas con la población penal. También puede ser problemas que arrastra desde antes de que entre a la institución». En ese sentido se quejó de la inexistencia de un departamento de salud mental para evaluar a los funcionarios que ingresan a la institución, «para pesquisar algún problema ya sea emocional o psicológico del personal». «Muchas veces uno avisa de situaciones, pero como no existe una unidad especializada, nadie se hace cargo del problema y suelen ocurrir y terminan en este tipo de situaciones», aseguró.
Emol


