Fue apenas una frase dentro de una homilía centrada en el tema de la esperanza y el futuro, pero el gesto fue claro. Esta mañana, el cardenal arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, reiteró en el Te Deum ecuménico y ante la presidenta Michelle Bachelet su rechazo al proyecto de tres causales de aborto que impulsa La Moneda y que, de acuerdo a los cálculos de tramitación, podría ser aprobado para enero próximo.
“Aspiramos a que crezca el reconocimiento al respeto a la vida, desde la concepción hasta la muerte natural”, dijo Ezzati, una afirmación que se hizo cargo de la polémica de manera sutil y que además fija la posición de la Iglesia Católica en otros posibles debates, como la autorización de eutanasias para pacientes terminales.
De hecho, hace menos de un mes el cardenal lideró junto a otras iglesias la convocatoria a una manifestación por el derecho a la vida en pleno centro de Santiago, un gesto que también fijó la posición de la jerarquía religiosa en el tema.
PEDIDOS DE UNA «BUENA POLÍTICA»
En la homilía, Ezzati tocó diversos temas, como los deseos de una educación de calidad para todos, salarios éticos, mejores empleos y adultos mayores que tengan un mejor estándar de vida. “Deseamos pensiones dignas para los jubilados, acogida e integración para los inmigrantes”, señaló en uno de sus párrafos.
Pero uno de sus grandes ejes fue la situación de la clase política. El cardenal pidió por tener una “praxis política y empresarial libre de corrupción”, recordando que ha habido momentos en la historia de Chile en que “hemos sido capaces de posponer los beneficios individuales y trabajar en pos del bien común”.
“Hay que dar un lugar preponderante a una buena política”, agregó Ezzati, pidiendo porque los dirigentes políticos lleguen a acuerdos “que permitan superar presiones e inercias viciosas”.
BACHELET


