Erika Silva se hizo conocida luego de usar su Twitter para contar los detalles de los días en que estalló el caso Caval, para apoyar la versión de la Presidenta –que aseguró no enterarse inmediatamente de la gravedad del caso– y para culpar directamente de la reacción tardía de Bachelet al ex ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo.
Luego de estas revelaciones, Erika Silva dejó su puesto en la Dirección Sociocultural de la Presidencia, en medio de rumores de que había sido despedida.
Hoy al dejar La Moneda, Silva fue abordada por la prensa que habitualmente está en la sede de Gobierno. Y se despachó algunas polémicas declaraciones.
“Entiendo que su pega es hacerme un perfil. Pero, créanme, no van a encontrar nada. Por eso, cuando no tienen nada que encontrar pueden tener la libertad de decir todo lo que dicen”, afirmó notoriamente nerviosa, insistiendo en rechazar supuestas solicitudes de entrevistas, tal como lo hizo el día en que publicó en su cuenta de Twitter.
“Ustedes no saben lo cómodo que es ganar tres millones setecientos mil pesos y sentarse en la oficina de Allende. No saben lo que significa eso para una socialista. Pero no hay nada mejor que decir la verdad”, aseguró.
Silva defendió a su ex jefe: “La Presidenta lo dijo, Sebastián Dávalos fue imprudente. Pero vino y renunció cuando asumió lo que podía provocar al Gobierno. Pero Sebastián Dávalos no tenía por qué aguantar que ciertas cosas pasaran. Yo como su jefa de gabinete, ¡que no tengo ninguna red política!, no quiero pasar a la historia como la jefa de gabinete de un hombre que se quedó taimado en Caburgua. Y por eso se vino”.
Y volvió a referirse a Peñailillo, aunque en términos algo más benevolentes. “¿Quieren que les de una primicia? Yo creo que el señor Rodrigo Peñailillo va a ser Presidente en 15 años más. Rodrigo Peñailillo no es un hombre malo, es un ministro que se equivocó. Pero somos humanos y todos nos podemos equivocar. Creo que a él le duele el corazón de principio a fin saber lo que impactó eso en la Presidenta, a quien le juró lealtad”, analizó.
“Si ustedes creen que lo que yo hice tiene que ver con algo de él como persona, me imagino cómo le debe partir el dolor. Porque yo también me pude haer equivocado. Si yo hubiera cometido algo así me podría haber matado”, agregó.
Por último, pidió que “si ustedes quieren saber lo que digo, no confíen en ninguno de sus colegas, lean mi Facebook”.


