Ni siquiera los autores de la reforma constitucional que faculta un autopréstamo con ahorros previsionales apostaban a que la iniciativa se aprobaría.
Sin embargo, dado que es un tema sensible, que supuestamente es demandado popularmente, muy pocos grupos políticos podían asegurar que actuarían alineados en la votación que se realizará este martes cerca de las 14 horas en la Cámara de Diputadas y Diputados.
Este lunes en la noche, tras la sesión, varios comités tenían previsto reunirse para tratar de fijar una postura lo más conjunta posible.
Hasta el cierre de esta edición, solamente las bancadas del Frente Amplio, la UDI, la DC y el Partido Republicano aseguraban que rechazarían en forma unánime la medida que igualmente es resistida por el gobierno. El principal detractor es el ministro de Hacienda, Mario Marcel, quien consideró este proyecto -promovido por diputados como Pamela Jiles, René Alinco y Rubén Oyarzo (PDG) y Víctor Pino (ex-PDG)- como un retiro encubierto y lo calificó como un “autoengaño”, ya que tendría un impacto en la economía y, en especial, en la inflación, al igual que los anteriores giros desde los fondos de pensiones.
Pese a las advertencias de Marcel, que ayer volvió a hacer un llamado a rechazar esta reforma, había bancadas como RN o el PPD que ya resolvieron dejar en libertad de acción a sus integrantes, en vista de que además gran parte de sus legisladores son independientes. Por lo tanto, tampoco se le puede imponer una orden para desenvolverse legislativamente.
“Creo que el proyecto está muy mal construido, es una buena idea que podríamos plasmar en un proyecto distinto. Quizás lo podríamos votar a favor para que vuelva a la Comisión de Constitución para hacerle las mejoras”, dijo el jefe de bancada de RN, Frank Sauerbaum, quien añadió que uno de los problemas es ver cómo se devuelve el dinero.
Aunque la propuesta establece que los montos deben ser reintegrados -a diferencia de los anteriores retiros de ahorros previsionales-, la devolución se realizaría mediante una fórmula flexible.
“Todos estamos reflexionando. Algunos han señalado que rechazarán la idea de legislar y hay otros como yo que vamos a aprobar. Pero no apoyo el autopréstamo con el 100% de los fondos, apoyo un 15%, con efectivo reintegro”, dijo el diputado Jaime Araya (independiente PPD).
Los radicales y liberales, en tanto, aún no adoptaban una decisión colectiva, pero algunos anticipaban que probablemente no actuarían alineados. En estos dos subcomités también perduraba un factor de molestia con el gobierno por el pasado cambio de gabinete, por lo que esta podría ser una oportunidad para desmarcarse y dar una señal a La Moneda
En el caso del PS, la mayoría se declaraba en contra, pero también había dudas de cómo votarán algunos diputados. De hecho, el socialista Marcos Ilabaca fue uno de los que se abstuvo en la Comisión de Constitución, que recomendó rechazar la idea de legislar de la iniciativa en enero pasado.
Sin embargo, la gran novedad de la jornada podría ser el Partido Comunista. Aunque los votos del PC no sean decisivos y probablemente no alcanzarán para aprobar la idea de legislar del autopréstamo, una postura mayoritaria de esta bancada a favor podría ser un precedente preocupante para La Moneda cuando se pueda reactivar la discusión del llamado “sexto retiro” a partir del 18 de abril.
La diputada Karol Cariola (PC), quien ya votó a favor de esta reforma en la Comisión de Constitución, reiteró que mantenía su apoyo al proyecto, que a su juicio ya está incluido en la reforma de pensiones que promueve La Moneda. “Me parece que es una medida que se puede llevar adelante y no hay ninguna razón para que la rechacemos”, dijo la legisladora.
No obstante, al ser consultada la ministra del Trabajo, Jeannette Jara (PC), remarcó que el gobierno es partidario de rechazar la medida, ya que el autopréstamo, ya sea con el 100% o el 15% de los fondos previsionales, implicaría un movimiento de dinero incluso mayor a los retiros. “El gobierno espera que se rechace la idea de legislar”, dijo.
En vista de que se trata de una reforma constitucional, se requiere del apoyo de 89 diputados para ser aprobada, es decir, necesitaría del respaldo transversal de varias bancadas, tanto de la alianza de gobierno como de la oposición. Por el contrario, al gobierno le bastarían 67 votos para sepultar la iniciativa por al menos un año. (La Tercera)