Las mineras chilenas están en el blanco del Crimen Organizado. Durante este 2024, la PDI registró 2.822 robos a camionetas mineras; esto sin contar los cátodos de cobre que han sido sustraídos en las rutas cuando son transportados. Así lo reseñó el Diario Financiero en su edición del 16 de agosto de 2024.
Sin embargo, estos delitos no sólo se han registrado durante el año en curso, sino que también han ocurrido en años anteriores y con una tendencia al alza. Tanto así, que a finales de 2023, el Ministerio del Interior decidió catalogar a 24 de estas industrias como “entidades estratégicas”. Este calificativo las obliga a incorporar guardias armados para el resguardo de las instalaciones, así lo indica Diario Financiero.
Ciertamente –y sin entrar en detalles de las competencias y eficacia del Estado ante la creciente criminalidad– la incorporación de vigilantes armados podría significar un elemento de disuasión que lograría, quizás, ser efectivo. Entendiendo, claro está, que este personal esté calificado para el uso de este tipo de armamento sin riesgos asociados a su entorno.
Empero, la situación no se resuelve sólo con la incorporación de armas a la vigilancia, al Crimen Organizado hay que plantarle cara con una estrategia multidisciplinaria porque ellos saben bien lo que quieren. Recordemos: “trabajan” como una empresa con departamentos (o vagones) bien establecidos para ser altamente rentables, y los activos de las mineras entran en los intereses más preciados de estos criminales.
Cuando hablo de activos, me refiero también a los ejecutivos que hacen vida en las empresas mineras. Ellos le representan al Crimen Organizado una rentabilidad potencial. ¿Cómo? A través de las extorsiones y de los secuestros, estos últimos considerados como una industria altamente lucrativa que ya comienza a dar pasos firmes en nuestro país. Los ensayos que hasta ahora han llevado a cabo, les ha ido permitiendo depurar y perfeccionar estrategias para atacar a mayor escala.
Digamos que el Crimen Organizado no va a estar conforme con los robos de las camionetas mineras y de los cátodos de cobre. Va a ir por más. Las empresas mineras, y toda su estructura, representa un rubro importante para ellos. La rentabilidad para sus distintos departamentos (o vagones) es muy alta y eso lo tienen claro. Sólo están creando las mejores estrategias para atacar.
Por eso, mi planteamiento va hacia el establecimiento de estrategias multidisciplinarias que permitan abordar la prevención desde distintas aristas que ciertamente permitirán aventajar a los criminales. Hay que estar preparados y no esperar a que ocurran las cosas. En este justo momento se hace imprescindible que las empresas empiecen a mirar la seguridad como una inversión y no como un gasto.
¡Hay que empezar a solucionar el problema desde las industrias para salir de la mira del Crimen Organizado! (Red NP)
Gonzalo Cornejo
CEO Insight Security



