Esta semana los parques Pumalín Douglas Tompkins y Patagonia se unieron oficialmente a la increíble colección de Parques Nacionales de Chile. Entre ambos suman 700.000 hectáreas que ahora pertenecen a todos los chilenos.
A principios de los 90, me uní a mi esposo Douglas Tompkins para explorar los paisajes del sur de Chile. Inspirados por su enorme belleza y necesidad de conservación, comenzamos el trabajo de crear parques. No lo hicimos solos. Durante varias décadas, cientos de personas trabajaron incansablemente, desde voluntarios hasta senderistas, carpinteros y expertos en vida silvestre. Nuestros desafíos iban desde lo conocido: quitar cientos de kilómetros de cercos para que el guanaco pudiera circular libremente por la estepa patagónica, hasta lo inimaginable: la explosiva erupción del volcán Chaitén en 2008, que arrojó toneladas de ceniza sobre Pumalín. Sin embargo, el trabajo continuó y hoy estamos orgullosos de compartir este logro colectivo con el país y el planeta.
Los parques nacionales ayudan a crear el tipo de mundo en el que queremos vivir. Es fácil comprender que el agua limpia, el aire puro y el suelo saludable son esenciales para la vida. Pero los espacios salvajes también tienen el poder de nutrir nuestro espíritu y restaurar nuestros lazos con algo más grande que nosotros mismos. Resulta que no somos los únicos con esta necesidad. La vida silvestre sufre la amenaza de la pérdida de su hábitat, generando la mayor de todas las crisis, la crisis de extinción de especies. Tener una vasta red de parques nacionales ayudará a revertir esta situación, brindando el espacio donde el mundo no humano pueda florecer.
El aporte de los parques nacionales se extiende más allá de sus bordes. Son motores de economías locales, proporcionando oportunidades de desarrollo en las comunidades aledañas. Pero para esto tenemos que invertir en el cuidado y en el acceso a los parques. Sumado a estos beneficios, la ciencia muestra que los parques nacionales son una herramienta vital para abordar el cambio climático. Un estudio de 2017 indica que las soluciones climáticas naturales, como la conservación, pueden proporcionar más de un tercio de la mitigación necesaria desde ahora hasta 2030 para estabilizar el calentamiento global. Solo el Parque Nacional Pumalín Douglas Tompkins captura un estimado de 228 millones de toneladas métricas de carbono. En el mismo año en que Chile será la sede de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, el compromiso del país con sus parques nacionales es un paso crucial para apoyar la salud de Chile, del continente y del planeta.
La designación de parque nacional es la forma más efectiva de protección ambiental a largo plazo. La Patagonia chilena, con la Ruta de los Parques, que ahora alberga el 91% de las tierras protegidas bajo la categoría de parque nacional, se convertirá en un modelo global para la conservación y el desarrollo local. Pero es crucial cómo nos involucramos como ciudadanos en la protección de estos, ya que la labor de Estado no será suficiente sin que cada uno de nosotros nos transformemos y asumamos nuestra función como guardianes de este futuro.
El Mercurio
