El viernes 17 de abril el director de El Mercurio, Cristián Zegers, recibió una llamada que remeció su tarde: al otro lado de la línea le pedían un millonario rescate por el secuestro de una de sus hijas.
El abogado y periodista empezó la frenética tarea de reunir el dinero que le pidieron. Según fuentes cercanas, Zegers no pudo retirar el total del monto desde el banco, por lo que le avisó a varios editores del medio para que lo ayudaran a reunir la suma.
Fue así como de pronto se vio un movimiento inusual, donde varios editores y subeditores empezaron a sacar tarjetas de crédito y a reunirse en la oficina del subdirector, Álvaro Fernández.
Finalmente, según las mismas fuentes, entre todos lograron reunir unos 10 millones de pesos que habrían sido entregados a los supuestos secuestradores, que afortunadamente no eran tales, sino unos delincuentes comunes que armaron un clásico “cuento del tío”.
No es la primera vez que Cristián Zegers enfrentaba la angustia que rodea un secuestro. En 1990 vivió de cerca el rapto del hijo de Agustín Edwards, Cristian Edwards del Río, orquestado por la fracción autónoma del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR). Zegers, que en ese tiempo era director de La Segunda, fue uno de los que le propusieron a Edwards que el padre Renato Poblete negociara en su nombre la liberación del actual vicepresidente de El Mercurio.
