Discriminación inexplicable

Discriminación inexplicable

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En una escena de la película “Una propuesta indecente”, se cita al reconocido arquitecto Louis Kahn, quien simbolizaba en un ladrillo la creatividad del ser humano, desde los sumerios hasta la arquitectura moderna, pasando por el imperio romano.

Hace más de 40 años me dedico a fabricar ladrillos. A través de las marcas Cerámica Santiago y Princesa hemos contribuido a la construcción de cientos de miles de casas para millones de chilenos que prefieren el ladrillo a otros materiales por su nobleza, duración, resistencia sísmica, aislación térmica y belleza estética.

Pese a lo anterior, no lográbamos entender las razones por las cuales el Minvu se ha empeñado en discriminar en su Plan de Emergencia Habitacional (PEH) a la construcción tradicional, basada en el ladrillo. Más aún en tiempos en que vivimos una crisis de viviendas sociales (de entre 700 mil a un millón), que se traduce en un sentimiento de desesperanza para miles de compatriotas a la espera de la casa propia.

La respuesta a esta duda finalmente la despejó el propio ministro Carlos Montes, quien en la sesión de la comisión mixta de Presupuesto del 17 de octubre pasado, develó que la razón para esta inexplicable disparidad de trato es que al Minvu, en particular al jefe de la DITEC, “no le gustan los ladrillos”. Dolorosa e inexplicable razón para perjudicar empresas, a miles de albañiles y principalmente a millones de chilenos que seguirán esperando su vivienda de material sólido.

Nuestro compromiso siempre ha estado por construir hogares para todos los chilenos. Nosotros más que nadie queremos que el PEH sea exitoso y logremos la meta de sumar 260 mil nuevas viviendas sociales. Para ello, lo único que pedimos al Gobierno es que podamos sumarnos a esta tarea sin trabas ni exclusiones, sin prejuicios ni caricaturas, por el bien de Chile y sus familias. (El Mercurio Cartas)

Hernán Levy