El jefe del aparato de Seguridad e Inteligencia sudanés, Saleh Abdalá Qush, ha presentado su dimisión a la junta militar que dirige el país tras la deposición del presidente Omar al Bashir, después de haber encabezado la represión contra los manifestantes en los pasados meses.
El centro de información del denominado Consejo Militar Transitorio ha anunciado que su presidente, Abdelfatah al Burhan, ha aceptado la dimisión de Abdalá Qush, presentada anoche al órgano que desde el día 11 de abril gobierna Sudán.
Al mismo tiempo, miles de manifestantes esperaban este sábado (13.04.2019) ante el cuartel general de las Fuerzas Armadas en Jartum las consignas de los organizadores de la protesta, un día después del reemplazo del jefe de la junta militar en el poder, un militar cercano al destituido Omar al Bashir, una decisión recibida con júbilo en las calles.
«Esperamos nuevas consignas de la Asociación de los Profesionales Sudaneses para saber si debemos mantener nuestra concentración hasta ver nuestras demandas satisfechas o si debemos desalojar el lugar», explicó un manifestante que pasó la noche ante el cuartel general.
La Asociación de los Profesionales Sudaneses (SPA) lidera esta movilización antigubernamental que se mantiene desde el 19 de diciembre y que provocó el derrocamiento el jueves por el ejército del presidente Omar al Bashir, que gobernaba el país con mano de hierro desde un golpe de Estado hace 30 años.
El sábado por la mañana, los soldados levantaron barricadas que fueron colocadas en varias calles convergentes a su cuartel general, donde los manifestantes debaten con los militares o limpian el lugar, preparan comida o beben té o café, tras la séptima noche consecutiva de acampada.
«EN DOS DÍAS DERROCAMOS A DOS PRESIDENTES»
Al día siguiente de la destitución de Al Bashir, Awad Ibn Ouf, el jefe de la junta militar de transición al mando del país, renunció al poder y nombró a otro militar para sucederle. Esta declaración fue recibida entre gritos de alborozo en la capital sudanesa. «En dos días derrocamos a dos presidentes» y «lo logramos» eran algunas de las consignas que coreaban los manifestantes, enarbolando banderas sudanesas.
Los generales en el poder intentaron el viernes calmar a la comunidad internacional y a los manifestantes sobre sus intenciones, prometiendo devolver el país a un gobierno civil. Ibn Ouf, que duró apenas un día en el cargo, anunció el viernes en un discurso a la nación retransmitido por la televisión estatal su renuncia, y nombró en su lugar a Abdel Fattah al Burhan Abdelrahman, inspector general de las Fuerzas Armadas.
«El papel del consejo militar es proteger la seguridad y la estabilidad del país», había declarado poco antes el teniente general Omar Zinelabidine, miembro de la junta, ante los diplomáticos árabes y africanos. «No es un golpe de Estado militar, sino una toma de posición a favor del pueblo», dijo. «Iniciaremos un diálogo con los partidos políticos para estudiar cómo gestionar Sudán. Habrá un gobierno civil y no intervendremos en su composición», agregó.
La junta militar afirmó además que Al Bashir estaba detenido pero que no sería entregado al extranjero. La Corte Penal Internacional (CPI) tiene un pedido de captura del expresidente por crímenes de guerra.
«GOBIERNO CIVIL DE TRANSICIÓN»
Tras semanas de manifestaciones reclamando su salida, Omar al Bashir fue destituido el jueves por el ejército, que estableció un Consejo de Transición Militar vigente durante dos años. Los organizadores de la protesta exhortaron a los militares a «transferir el poder a un gobierno civil de transición». En caso contrario, «vamos a mantener las sentadas ante el cuartel general de las Fuerzas Armadas y en otras ciudades», advirtieron.
En rechazo a esta transición, los manifestantes pasaron la madrugada del viernes, la sexta noche consecutiva, delante del cuartel general de las Fuerzas Armadas en Jartum, a pesar del toque de queda.
El embajador de Sudan, Yasir Abdelsalam, intentó ante el Consejo de Seguridad de la ONU disipar los temores de la comunidad internacional. La junta militar «se contentará con ser el garante de un gobierno civil», dijo. Además añadió que el periodo de transición podría «reducirse en función de las evoluciones en el terreno y del acuerdo de los interesados».
CONSEJO DE 10 MIEMBROS LIDERARÁ TRANSICIÓN
El Consejo Militar Transitorio, que dirige Sudán tras el derrocamiento este jueves del presidente Omar al Bashir a manos del Ejército, ha revelado hoy los diez miembros que lo componen, incluido el vicepresidente, el general Mohamed Hamdan Daqlo,líder de la unidad especial Fuerzas de Apoyo Rápido.
Hamdan Daqlo juró este sábado su cargo como segundo, después de que lo hiciera anoche el presidente de la junta militar, el general Abdelfatah al Burhan, uno de los altos mandos del Ejército que se inclinó hacia los manifestantes que pedían la dimisión de Al Bashir en las calles desde el pasado diciembre.
Asimismo, tomaron posesión los otros ocho miembros, incluido el jefe del comité político del Consejo Militar, el general Omar Zein Alabidín, que se dio a conocer ayer por primera vez.
El general Shamsaldín Kabashi será el portavoz oficial del Consejo Militar y el jefe de la Inteligencia militar, el general Mustafa Mohamed Mustafa, también está entre los altos mandos elegidos.
En representación de las Fuerzas Áreas, está el general Salah Abdeljaleq; del Ejército de Tierra, el general Yaser Abdelrahman al Ata; y de la Marina, el general de brigada Ibrahim Yaber Ibrahim.
De los miembros no pertenecientes a las filas del Ejército, se encuentra Yalaladín al Sheij, que ha tomado hoy el mando del aparato de Seguridad Nacional e Inteligencia, tras la dimisión de su jefe hasta el momento, Salah Abdalá Qush; y también figura el director general de la Policía, el general Al Tayeb Babakr.
El ministro de Defensa de Sudán, el general Awad bin Auf, anunció el día 11 que Al Bashir había sido apartado de la presidencia y detenido, y que las Fuerzas Armadas habían decidido formar un Consejo Militar Transitorio, que gobernará el país en los próximos dos años.
En un primer momento, Bin Auf asumió la presidencia del Consejo, pero dimitió 24 horas después debido al rechazó que provocó su nombramiento en las calles y entre la oposición, al ser una de las figuras más destacadas del régimen de Al Bashir y al estar sometido a sanciones de EE.UU. por supuestos crímenes cometidos en el conflicto de Darfur contra civiles.
Tras su dimisión, la oposición ha aceptado entablar un diálogo con la junta militar, que dio comienzo en la tarde del sábado. (DW, efe, afp, La Tercera,)




