A pesar de la leve mejoría en las cifras de empleo formal registradas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) en agosto, que mostraron la creación de 120 mil plazas y una caída del desempleo al 8,6%, otro indicador crucial del mercado laboral chileno se mantiene en terreno negativo y genera una fuerte preocupación: los despidos por la causal de necesidad de la empresa.
Según el último informe mensual de la Dirección del Trabajo (DT), en agosto de 2025 se totalizaron 39.287 despidos invocando esta causal, lo que se traduce en un aumento anual del 5,5%. Este incremento marca el sexto mes consecutivo de alzas en este tipo de desvinculaciones, considerado el indicador más sensible al ciclo económico y a los ajustes de las compañías.
El panorama se agrava al analizar las cifras acumuladas del año. Entre enero y agosto, los despidos por necesidad de la empresa suman 336.830, lo que también representa un alza de 5,5% respecto al mismo periodo del año anterior. Este nivel acumulado es el mayor registrado a agosto desde 2020, en plena pandemia, cuando la cifra alcanzó los 368.073 despidos. Los expertos advierten que, de mantenerse la tendencia actual, la cifra total de 2025 podría incluso superar el registro de 2020, que cerró con 506.574 despidos por esta causal.
VISIÓN DE LOS ECONOMISTAS
Los economistas señalan que la evolución de esta causal de despido es un antecedente clave para monitorear la salud del mercado laboral. Juan Bravo, director del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC-UDP), explicó que los despidos por necesidad de la empresa se asocian a «procesos de racionalización o modernización, bajas en la productividad o cambios en las condiciones del mercado».
Bravo subraya que el aumento de esta causal por sexto mes consecutivo «confirma una tendencia al alza» y se suma a una batería de cifras que dibujan un mercado laboral «debilitado». Entre estos indicadores, mencionó la persistencia de una tasa de desempleo históricamente alta, el subempleo liderando la generación de puestos de trabajo y la continua destrucción de empleo asalariado formal en el segmento de micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes).
Por su parte, Ingrid Jones, economista de LyD, destacó que el alza anual se traduce en 17.500 personas más desvinculadas que en igual periodo del año pasado. Jones vincula este incremento a la necesidad de las empresas de «ajustarse frente al aumento de los costos (laborales y otros)», lo cual está afectando la generación de empleo formal y es consistente con el poco dinamismo de la demanda por trabajo, evidenciado por el índice de avisos laborales, que registra mínimos históricos.
A pesar de la leve reducción en la tasa de desempleo en agosto, Bravo puntualizó que la creación de empleo asalariado formal en el sector privado sigue siendo insuficiente, lo que se asocia directamente con la baja capacidad de crecimiento de mediano plazo de la economía. El mercado espera que el impacto de recientes despidos en grandes empresas, como Correos de Chile y Cencosud, se refleje en los próximos informes, intensificando la preocupación. (NP-Gemini-Pulso)
