El cuarto y último debate presidencial reunió anoche a los ocho aspirantes a La Moneda en un encuentro marcado por la mixtura de propuestas y confrontación, buscando captar el decisivo voto de los indecisos a pocos días de los comicios. Este evento, organizado por Anatel, se percibía como el momento clave para que los candidatos jugaran sus últimas cartas, adoptando un tono más duro y de expansión fuera de sus nichos, una estrategia esperable en un contexto de voto obligatorio y con la veda de encuestas en vigor.
El debate abordó temas de contingencia como seguridad, derechos humanos, aborto, AFPs y el alza de las cuentas eléctricas, destacando promesas como «terminar con el narcoterrorismo en el sur». Analistas políticos consultados por Emol ponderaron la performance de los candidatos, coincidiendo en la dificultad de nombrar un único ganador, pero sí en destacar elementos clave.
Marco Moreno, analista de la U. Central, señaló que en términos de narrativa, control del conflicto y comunicación no verbal, los más sólidos fueron José Antonio Kast y, en cierta medida, Marco Enríquez-Ominami. El analista identificó a Harold Mayne-Nicholls y Franco Parisi como los más débiles, el primero por «desconexión televisiva» y el segundo por un bajo control del conflicto. También comentó que Johannes Kaiser y Jeannette Jara fueron efectivos para sus nichos, pero con dificultades para expandir sus límites electorales.
Por su parte, Pepe Auth, analista electoral, consideró que Jeannette Jara y José Antonio Kast lograron consolidar su posición de cara a una segunda vuelta, y Jara además fortaleció su primer lugar en la primera ronda. Eric Latorre, de la U. Autónoma, evaluó que cada candidato hizo un «juego correcto» sin mayores errores; Kast apostó por mantener su ventaja con un discurso conocido contra Jara y el Gobierno, mientras que Jara enfocó su debate en los indecisos y el centro, desmarcándose del actual Gobierno.
Evelyn Matthei fue destacada por Latorre y Guillermo Bustamante de la U. de los Andes, por haber realizado un buen debate, enfatizando en sus propuestas y equipos, y diferenciándose de Kast y del estilo presidencial en el caso de Jara. Bustamante también notó el «apegado al libreto» de Kast, quien arriesgó poco, y el giro inesperado de Johannes Kaiser, quien se mostró calmado y hasta regaló una rosa a Matthei, aunque su insistencia en el periodo 73-90 fue vista como desconectada por otros expertos. En contraste, Bustamante identificó al candidato Artés como el «claro perdedor de la jornada» por no responder adecuadamente.
Finalmente, Juan Pablo Rodríguez, de Fundación Piensa, sentenció que los «ganadores fueron Jara y Kast, que llegaron como favoritos y salieron más favoritos», consolidando su posición a seis días de la elección. Rodríguez destacó la coherencia y distancia inteligente de Jara del Gobierno en temas sensibles, y la claridad estratégica de Kast al antagonizar con el Ejecutivo y evitar confrontaciones con la oposición, mostrando una «estatura presidencial». Matthei, si bien tuvo un buen desempeño, careció de la misma claridad estratégica que los favoritos. (NP-Gemini-Emol)
