En una legítima polémica, don Lucas Sierra vuelve a referirse a mi argumento sobre la necesidad de postergar las elecciones municipales, dada la grave situación de salud que ocupa al país, señalando que yo omitiría el efecto indeseado de aquel atraso, esto es, la extensión parcial del mandato para los actuales ediles, todo lo cual, según mi contradictor, sería muy grave para la democracia.
Para ser franco, entendí que era obvio que dicha tardanza electoral produciría ese efecto indeseado y, para que no quede duda alguna, lamento que ello ocurra. Pero insisto en que eso no lesiona indebidamente la democracia, sino que se sustenta plenamente en aras del esencial bien común que siempre debe animar nuestras conductas.
Respecto de ello, me parece clave recordar que la democracia es un medio para el bien de la sociedad y que si en un momento el ejercicio de ese instrumento pone en grave riesgo la vida y salud de quienes la componen, una postergación temporal de ello es la opción social prudente.
De ahí que en forma transversal y en aras de ese bien superior acordáramos retrasar el calendario electoral, sin alterar sus condiciones y respetando íntegramente sus mecanismos y secuencia, entre los cuales la realización de primarias legales estaba incluida. De lo contrario, nos hubiéramos visto forzados a iniciar el proceso electoral el 7 de abril y realizar elecciones el 7 de junio, asunto que a estas alturas aparece como totalmente indeseable. No es irrelevante agregar, además, que este criterio de postergación parcial del mandato de las actuales autoridades ha sido adoptado por más de 17 países que en esta misma época tenían elecciones, algunos de los cuales, como Reino Unido, Francia, España, Suiza, Uruguay, etcétera, exhiben altísimas credenciales democráticas, sin que alguien sostenga que estas se pierdan por la forma de enfrentar la actual pandemia.
Como siempre ocurre, habrá buenos o malos argumentos para estas decisiones, pero desde el sentido común creo que esta postergación era ineludible y razonada, sin que advierta, como pueda sostenerse, que todos los países que hemos actuado de la misma manera hayamos dañado la democracia. (El Mercurio Cartas)
Juan Antonio Coloma
Senador UDI



