¿Cultura?, siga participando

¿Cultura?, siga participando

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Tengo la impresión de que hay una enorme cuota de frustración y desencanto con lo que es y ha sido la política y el accionar cultural del actual Gobierno.

Una posible explicación puede estar fundada en las expectativas que se crearon, basadas en las características personales en este terreno del entonces candidato y actual Presidente. Un Presidente lector, amante del teatro, sensible a la música creó grandes ilusiones.

Otra opción es que haya habido una excesiva improvisación y un ánimo refundacional que inmovilizó al Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio e incrementó el margen de error en decisiones absolutamente equivocadas de quienes fueron nominados para llevar adelante el programa de gobierno.

A esto habría que agregar algún comentario sobre los méritos y competencias para las designaciones y sobre los “recomendadores”, verbigracia, la declaración de la actual ministra de Cultura a la Revista Ya de “El Mercurio”, donde señala que su llegada se debió a sus contactos con Irina Karamanos, quien ya en una oportunidad había alabado a la exsubsecretaria de Cultura Andrea Gutiérrez, quien debió renunciar por problemas de incompatibilidad.

Medios de prensa sostuvieron en más de una oportunidad que el apoyo a la exministra Julieta Brodsky se lo otorgaba la ex coordinadora sociocultural de La Moneda. El exministro De Aguirre al parecer habría tenido peores recomendaciones, puesto que duró solo 156 días. Cierto que le cayó el “misil Frankfurt”, que no fue poco.

Muchas columnas en este mismo diario han dado cuenta de las falencias y de los errores y decisiones absurdas, casi pueriles, que se han cometido. Empezando por el secretismo derivado en fracaso con que se trabajó el tema de nuestra participación como país invitado de honor a la Feria del Libro de Frankfurt 2025, continuando con la torpeza administrativa que nos hizo perder un lugar de privilegio en la Bienal de Venecia y, para no aburrir, finalizando con la pobre y sectaria participación en la Feria del Libro de Buenos Aires 2023.

En el ámbito local, la extraordinaria muestra de Alfredo Jaar en el Museo Nacional de Bellas Artes, inaugurada el 14 de septiembre de este año, lleva un mes sin poder ser visitada y logró estar abierta al público el mismo tiempo. ¡Increíble!

Los problemas administrativos, huelgas, paros, etcétera, sin solución, han sido casi tantos como la falta de acciones culturales y como las nulas transformaciones prometidas en el ámbito de los fondos concursables.

Esto es lo que figura en el programa de gobierno del Presidente Boric:

“Proponemos modificar leyes sectoriales para contar con nuevos, mejores y más pertinentes mecanismos de financiamiento, que permitan la estabilidad y planificación de la gestión, abandonando la lógica concursable e integrando la realidad actual de cada uno de los sectores. En esta línea se trabajará por una Ley de Artes Visuales, en conjunto con las organizaciones y gremios del sector. Nos comprometemos a promover un diálogo social vinculante con las organizaciones sindicales y gremiales del sector, y los ministerios competentes, para revisar y velar por las mejoras en las condiciones laborales del sector”.

Una vez más, buenos para los diagnósticos y las propuestas y nula capacidad de gestión y de concreción.

Según el Observatorio de Políticas Culturales, no se conocen iniciativas legales en el ámbito cultural, por lo tanto, resulta muy difícil, por no decir imposible, lograr un incremento al 1% del Presupuesto como también plantea el programa.

Ni idea de dónde se usará ese incremento en caso de lograrse. Digamos las cosas como son; no todos los recursos destinados a cultura son una inversión, aquellos mal enfocados o mal asignados y sin evaluación posterior son solo gasto.

No tengo dudas de que hay una gran decepción en el ámbito de la cultura, tanto de creadores como de consumidores y es por eso que un comentario aparecido en la televisión española sobre su política cultural, no me suena tan terrible, aunque lo es. En la entrevista que le hace Pablo Motos, conductor del programa “El Hormiguero”, al escritor Arturo Pérez-Reverte, este le dice lo siguiente: “Si hubiera un Nuremberg cultural en España, faltarían sogas para colgar ministros”. ¿Cómo andamos por casa? Válido para este y otros gobiernos. (El Mercurio)

Pablo Dittborn Barros