Corfo y Albemarle cerraron un flanco que mantenían abierto desde 2021, año en que la agencia estatal informó que llevaría a la empresa norteamericana a un arbitraje internacional por incumplimientos en el pago de las comisiones acordadas en 2016, cuando Eduardo Bitran, entonces vicepresidente ejecutivo de Corfo, renegoció el contrato que le permite a la compañía extraer litio desde el Salar de Atacama.
Según comunicó este miércoles la entidad gubernamental, ambas partes llegaron a un avenimiento que contempla el pago de US$15.158.993 de parte de Albemarle a Corfo, renunciando además a ejercer futuras acciones frente al cálculo y pago de comisiones. Después de todo, Corfo recibió los US$15 millones que reclamaba por incumplimientos al contrato durante todo 2020.
Sin embargo, un punto aún más importante del acuerdo fue la firma del “Anexo 2024″, que establece una serie de modificaciones, cuyas cláusulas permiten incrementar el ritmo al que Albemarle produce litio. Un aspecto fundamental de la estrategia nacional del litio, pero hasta ahora no estaba presente en el debate, ya que las miradas se han concentrado hasta ahora en su competidora y vecina en el Salar de Atacama, SQM, que aún negocia con Codelco para cerrar su asociación público privada.
Según lo comunicado por Corfo, una de las nuevas cláusulas del “Anexo 2024″ establece la opción para que la empresa amplíe su cuota de producción en 240.000 toneladas de Litio Metálico Equivalente (LME), pero manteniendo la vigencia del contrato hasta 2043. Ello implica que la compañía, en la práctica, podrá casi duplicar su producción de litio en Chile, ya que en 2016 Corfo le había asignado una cuota por hasta un máximo de 262.132 toneladas LME adicionales.
Originalmente, los contratos firmados en 1980, cuando la empresas norteamericana se llamaba Foote Minerlas -luego fue Rockwood, y desde 2017 es Albemarle- habían asignado 200.000 toneladas LME.
La nueva cuota asignada equivale a cerca de 1.248.000 toneladas de carbonato de litio equivalente (LCE, por sus siglas en inglés), unidad de referencia en la industria. La nueva cifra equivale a casi 25 veces el volumen de sus ventas de litio provenientes desde Chile, que en 2023 ascendieron a 50 mil toneladas LCE. Eso sí, la norteamericana viene trabajando en planes para alcanzar las 85.000 toneladas de LCE en el país.
De todas maneras, la mayor cuota asignada por Corfo a Albemarle cuenta con una serie de condiciones suspensivas, atadas principalmente a la capacidad de la compañía para probar y validar el uso de tecnologías nuevas en el proceso productivo, como la extracción directa (DLE por sus siglas en inglés).
Además, según se detalló, una vez que la compañía manifieste su intención de hacer uso de la opción que le permite acceder a la nueva cuota adicional, Corfo deberá llevar adelante un proceso de Consulta Indígena y la empresa deberá cumplir otras exigencias previas.
“Entre las condiciones acordadas con Albemarle se cuenta el desarrollo de pilotajes que confirmen que la implementación de las nuevas tecnologías de extracción permite alcanzar niveles de eficiencia de a lo menos un 60% en la recuperación de litio. Y todo ello debe estar acompañado de la obtención, por parte de la empresa, de las Resoluciones de Calificación Ambiental (RCA) y las autorizaciones de la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN), además de la entrega a Corfo de un plan de inversiones asociado al proyecto”, explicó José Miguel Benavente, vicepresidente ejecutivo de Corfo.
Añadió que “previo al cierre definitivo del acuerdo que pone término al arbitraje se informó también sobre las principales mejoras contractuales al Consejo de Pueblos Atacameños (CPA)”.
En tanto, desde Albemarle dijeron estar “orgullosos de nuestra relación de más de 40 años con Corfo, de haber llegado a un acuerdo que beneficia tanto a Chile como a Albemarle, y otorga la opción de aumentar la producción en el salar de Atacama utilizando tecnologías eficientes y ambientalmente responsables”
El Anexo 2024 también considera ajustes a la cláusula que permite adjudicar una porción de la producción a un precio preferente a productores especializados de productos de litio. En abril del año pasado, la gigante china BYD fue la primera firma en adjudicarse dicha categoría, y luego, en noviembre, le siguió otra firma asiática: Tshingshan. Ambos acuerdos, sin embargo, se relacionan con SQM. El proceso de adjudicación de la cuota de Albemarle aún no se inicia.
Según Corfo, las modificaciones a esa acápite del contrato permitirán que, tanto empresas chilenas como extranjeras establecidas en Chile puedan pactar de mejor manera y con mayor flexibilidad con Albemarle un suministro de largo plazo de carbonato de litio, permitiendo así el desarrollo de proyectos de mayor valor agregado en el país.
Otros aspectos modificados apuntan a la incorporación de auditores contractuales y ambientales que reporten a las partes respecto del adecuado cumplimiento en materia de pagos y de obligaciones ambientales.
Esto se ve reforzado por a la implementación de un sistema de monitoreo en línea; la colaboración de Albemarle en el desarrollo de estudios que lidere Corfo; la entrega de información técnica, productiva, geológica, hidrogeológica y ambiental; y el compromiso de la compañía de participar y trabajar conjuntamente con Corfo y/o con otros actores de la cuenca del Salar de Atacama en el desarrollo de un modelo hidrogeológico integral y/o el monitoreo integrado del conjunto del Salar.
Además, aunque los montos destinados por contrato como aportes para Investigación y Desarrollo (I+D) se mantienen inalterados, el nuevo acuerdo permite ampliar las temáticas para el uso de estos recursos, sumando a ellas la conservación ambiental. (Pulso)