No es una virtud no tener conflictos de interés, lo importante es conocerlos, manejarlos y resolverlos bien. Si no, la política queda entregada a unos mandarines diletantes, que viven lejos del mundo; que pueden experimentar con las vidas y obras de los demás con total desaprensión, porque nunca sufren las repercusiones de las ideas que promueven y de las decisiones que toman.
Y el ministro no está solo. En el Gobierno hay muchos inexpertos en puestos importantes, que no tienen idea de lo que hablan, que no preguntan ni menos escuchan, mientras toman decisiones relevantes y que después se van a mandar a cambiar a organismos internacionales y ONGs donde no sufrirán los efectos de sus medidas.
Pero esto es sin llorar, fuimos los chilenos los que elegimos a un Presidente sin conflictos de interés.
Gerardo Varela A.
Abogado



