La condena al Estado de Chile a pagar una indemnización de casi $500 millones a los dueños de la ex Fuente Alemana por falta de servicio durante el estallido social ha abierto un debate sobre si este fallo establece un precedente para otros empresarios de la llamada «zona cero». El 24 Juzgado Civil de Santiago concedió a Carlo Siri, dueño de la fuente de soda, $420 millones por lucro cesante y cerca de $50 millones por daño moral.
El sector de Plaza Italia se convirtió durante el estallido y años posteriores en un «barrio sin ley», donde la violencia y la destrucción se repitieron, afectando gravemente al corazón comercial de Santiago.
ABANDONO ESTATAL Y DEBER CONSTITUCIONAL DE SEGURIDAD
Para la abogada y académica Natalia González, la condena refleja que «el Estado abandonó la llamada ‘zona cero'» y, consecuentemente, a los vecinos y locatarios.
Abandono Inexcusable: González calificó el actuar como un «abandono permanente, inexcusable ante circunstancias previsibles» que impedía el ejercicio de la libertad y actividad económica.
Deber Incumplido: La académica concluyó que el Estado no fue capaz de garantizar la seguridad y el orden público durante un largo periodo, incumpliendo su deber constitucional y primario de proveer seguridad pública.
LA VOZ DE LOS EMPRESARIOS AFECTADOS
La condena ha motivado a otros empresarios que sufrieron daños aún mayores. Lucio Torre, dueño de restaurantes y hoteles en la zona, cuyas propiedades fueron incendiadas y saqueadas, se mostró de acuerdo con la medida.
Daños Mayores: Torre reveló que ya hizo una demanda por mucho más de mil millones de pesos, afirmando que los daños a la Fuente Alemana fueron «muy poco perjudicada» comparados con los suyos. Las imágenes del saqueo de su hotel Principado de Asturias y la destrucción de dos restaurantes dieron la vuelta al mundo.
Resiliencia: Pese a la devastación, Torre —quien levantó sus negocios desde España— declaró que un grupo de maleantes no lo va a «amedrentar». Su restaurante La Hacienda Gaucha y la sanguchería La Terraza ya reabrieron con buen público, y un hotel está en proceso de reconstrucción.
Actualmente, Plaza Italia muestra una resiliencia importante. Aunque se realizan arreglos en el eje Alameda y el sector se ve menos transitado que antes, se observan señales positivas, como la apertura de nuevos locales que diversifican la oferta.
Fuentes de soda tradicionales como Prosit y Baquedano sobreviven con público a la hora de almuerzo. Además, el CEAC de la Universidad de Chile con su sala de conciertos ha dado un impulso cultural al sector. (NP-Gemini-Ex Ante)



