La comisión de Salud del Senado concluyó el debate sobre el proyecto de ley que despenaliza la interrupción del embarazo en tres causales y despachó la iniciativa a la comisión de Constitución y finalmente ser revisado por la Sala.
La propuesta, que considera la interrupción voluntaria del embarazado cuando hay inviabilidad del feto, está en riesgo la vida de la madre y en caso de violación, cuanta con la calidad de «suma urgencia» que le otorgó el Gobierno, lo que significa que la instancia parlamentaria tiene 15 días para despachar la iniciativa.
Durante la última sesión de la instancia, la discusión estuvo centrada principalmente en la objeción de conciencia que puedan realizar los médicos tratantes.
Sobre esto la comisión aprobó la objeción de conciencia para los médicos que no quieran realizar un aborto, pero no lo podrá hacer el resto del equipo, aunque tendrán que garantizar -bajo su responsabilidad y costo- que a la mujer se le garantice el derecho.
El senador y presidente de la Comisión de Salud, Guido Girardi, explicó que «aquella mujer si decide interrumpir el embarazo o llegar a término tendrá resguardado el derecho a decidir en el sentido de que tendrá que materializarse este derecho y las clínicas u hospitales podrán tener una objeción de conciencia individual (…), pero resguardando el derecho de la persona (de llevar a cabo la interrupción del embarazo)»
El senador Francisco Chahuán, que también integra la instancia, criticó la medida, puesto que en su opinión, se debería haber entregado la posibilidad a hospitales y clínicas a tener objeciones de conciencia de forma institucional, como también hacer extensiva esta opción a todo el equipo sanitario, no solo a los médicos tratantes. (Emol)
