El jueves 14 de agosto, en paralelo y desde Santiago, Evelyn Matthei (Chile Vamos, Demócratas y Amarillos) y José Antonio Kast (Partido Republicano y Social Cristiano) presentaron sus bases programáticas, dando inicio a un nuevo capítulo de la contienda presidencial que enfrenta a las dos principales cartas de la derecha de cara a las elecciones de 2026.
Matthei difundió un documento de 50 páginas elaborado durante un año por 500 colaboradores, mientras que Kast presentó un plan de 38 carillas trabajado con el think tank Ideas Republicanas. Ambos priorizan seguridad y economía, aunque con diferencias de cifras, plazos y énfasis.
En seguridad, Matthei propone una inversión histórica de US$ 2.500 millones, construcción de cinco nuevas cárceles, creación de 32 mil plazas de reclusión, expulsión de 3 mil extranjeros condenados, aumento de 10 mil carabineros y una nueva policía militar fronteriza. Kast plantea un “gobierno de emergencia”, cierre fronterizo a la inmigración irregular, un plan de recuperación territorial, reforma penitenciaria y combate a las finanzas del crimen organizado, sin cifras específicas.
En materia económica, Matthei busca crear 1 millón de empleos, alcanzar un crecimiento del 4%, reducir el impuesto corporativo al 18% en 10 años y recortar US$ 8 mil millones en gasto estatal. Kast coincide en la rebaja de impuestos y la meta de crecimiento, pero plantea un ajuste fiscal de US$ 6 mil millones en 18 meses y beneficios tributarios para pymes que generen empleo formal.
En el plano social, Matthei promete 800 mil soluciones habitacionales, subsidios para mujeres que accedan a empleo formal, 30 hospitales terminados y una alerta oncológica nacional. Kast propone eliminar progresivamente las contribuciones a la primera vivienda, declarar emergencia sanitaria por las listas de espera, sala cuna universal y cambios en el sistema de admisión escolar.
Aunque ambos esquivaron los temas valóricos para evitar desgaste político, la pugna se lee más allá de las propuestas: es también una disputa por la hegemonía de la derecha. La relación entre ambos candidatos ha estado marcada por tensiones recientes, acusaciones cruzadas y divisiones en Chile Vamos, lo que profundiza la competencia entre una derecha más liberal y otra conservadora. (Red NP-ChatGPT-La Tercera)



