Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido y Canadá impusieron sanciones a China por su trato a los musulmanes uigures en una medida coordinada que provocó una inmediata represalia por parte de Beijing.
Las potencias occidentales aplicaron prohibiciones de viajar y la congelación de activos para cuatro funcionarios y una organización de seguridad por la persecución y las detenciones masivas de uigures en la región de Xinjiang. Las medidas se anunciaron poco antes de la llegada del secretario de Estado de EEUU Antony Blinken a Bruselas hoy lunes.
Las medidas afectan a funcionarios y entidades de alto nivel en Xinjiang con conexiones directas con el sistema de campos de internamiento. Estos incluyen la oficina de seguridad pública y a Wang Junzheng, el jefe del Partido Comunista del Cuerpo de Construcción y Producción de Xinjiang, una organización paramilitar que juega un papel central en la economía y la seguridad de la región.
Blinken dijo que las sanciones demuestran «nuestro continuo compromiso para trabajar multilateralmente en promover el respeto de los derechos humanos».
