Tanto algunos candidatos como varios analistas que siguen la carrera presidencial se han preocupado de instalar como ejes centrales y antagónicos de la campaña 2017 (dado el contexto nacional y mundial) las candidaturas con “ideas responsables” versus las “populistas”. Esto ha llevado a algunos actores y sectores a plantear propuestas en áreas que para cada uno resultan claves para el progreso del país.
Chile Vamos ha hecho lo suyo. Así, por ejemplo, la Fundación Avanza Chile invitó durante Enero a dialogar sobre el futuro del país, a partir de un abanico de temas que desafían al Chile contemporáneo. Dichos diálogos se centraron en Educación, Salud, Envejecimiento, Infancia, modernización del Estado, entre otros. Del mismo modo, el ex presidente Sebastián Piñera también ha fijado como contenidos prioritarios para un próximo gobierno la familia, la infancia y la natalidad.
Los énfasis son correctos y necesarios; el país debe preocuparse de generar (por razones axiológicas antes que económicas) condiciones integrales que promuevan más nacimientos, así también potenciar la educación inicial para favorecer una sociedad más equitativa, junto con políticas que permitan conciliar la vida familiar con el trabajo, en virtud de la centralidad que ocupa esta institución en el desarrollo de los niños. Sin embargo, dadas las discusiones iniciadas hace ya tiempo en estas materias, se requieren definiciones políticas más claras para efectivamente penetrar con ideas propias los distintos debates.
Considerando que hasta hoy quien tiene las mejores posibilidades para competir es el ex Presidente Sebastián Piñera, y que el partido más importante del sector no ha presentado opciones de liderazgos dispuestos a sumarse a la carrera presidencial, resulta fundamental transparentar cuanto antes posiciones respecto de cómo se pretende abordar estos temas en un eventual gobierno. Pues, así como es importante potenciar la natalidad y promover derechos para la infancia, también lo es saber qué se propone en materia de defensa de la vida del ser humano que está por nacer, y qué derechos de los niños se busca resguardar. Esto último implica saber si cabe la opción de reconocer el matrimonio homosexual –y un eventual derecho a adoptar- en Chile Vamos (como propuso F. Kast); si se reconocerán horizontalmente las distintas formas de familia que algunos grupos proponen como igual de deseables para recibir ayuda estatal, o bien si el Estado debe subsidiar el modelo nuclear de esta como arquetipo preferible.
Todos estos temas requieren claridad de quien sea el candidato de Chile Vamos, pues están en el centro del debate público. De hecho, varios de ellos se han concretado en distintos proyectos que actualmente se discuten (y algunos se votan) en el Congreso, como son los proyectos de Sistema de garantías de la niñez, de aborto, Identidad de género, matrimonio homosexual, entre otros.
Se hace necesario conocer en qué se diferenciará Chile Vamos de la Nueva Mayoría en estas materias, y por ende, saber qué acciones políticas pretenden promoverse al respecto. No debemos olvidar que lo que el actual gobierno pretende es cambiar nada menos que el sentido de la institución más importante de la sociedad, y abolir el primer y fundamental derecho todo ser humano, como es nacer. (La Tercera)
