La jueza del Octavo Juzgado de Garantía de Santiago, Irene Rodríguez, suspendida por un mes tras liberación del sicario Alberto Mejía, afirmó que «el nombre llegó mal» al sistema. Producto de una cadena de errores, el imputado fue sacado de su prisión preventiva tras permanecer por 24 horas en Santiago 1.
En un punto de prensa, la magistrada sostuvo que «yo estoy muy tranquila» respecto al procedimiento y expresó que «amo al Poder Judicial y lo sigo amando».
También afirmó que «yo sé lo que dije esa noche» de la audiencia de formalización en contra de los tres presuntos autores materiales del sicariato del «Rey de Meiggs». «Mi último oficio fue el orden de prisión preventiva (…)», indicó.
En ese sentido, afirmó que «de ahí yo nunca más he firmado ningún oficio hasta el día de hoy». Agregó que «el nombre llegó mal» al sistema: «No sé quién cometió el error».
La funcionaria que a la jueza acompañó en el tribunal en la audiencia de formalización también fue suspendida. (Emol)



