Me explico. Queda claro que el pilar solidario es un primer paso en esa dirección. Si bien tiene justificación desde el punto de vista de la equidad, su nivel ya es alto y no se justifican mayores incrementos. Un pilar solidario demasiado generoso reemplaza el sistema completo, financiado de rentas generales, o sea, es un sistema de reparto.
Además, un nivel alto del pilar solidario tiene otras consecuencias perversas, como por ejemplo, el hecho de que se vuelva un mal negocio para muchos trabajadores aportar, incentivando la informalidad.
Un segundo paso en dicha dirección es lo que se ha dado en llamar “el seguro de longevidad”. No creo que esto sea diseñado como un seguro “de verdad”. En cuyo caso tendremos una situación en que la capitalización cubrirá al pensionado hasta determinada edad y el reparto lo hará desde esa edad en adelante. Lentamente, gradualmente, el sistema de capitalización va reduciendo su ámbito y se va transformando en uno de reparto.
Me gustaría tocar un tema relacionado, que tiene que ver con la discusión respecto a cómo se calcula la tasa de reemplazo.
Hay una discusión entre “expertos” respecto a cuál sería el denominador correcto. ¿Dividimos la pensión por cuál salario? Se habla de que la OCDE usa el salario del último año. Sin embargo, ello sería relevante para un sistema de reparto que promete eso (aunque muchos lo hacen, pero pocos lo cumplen). Pero claramente no lo es para un sistema de capitalización.
Para un sistema de ese tipo lo lógico es el salario promedio a lo largo de la vida: no puede haber otra referencia para un sistema en que uno aporta durante toda la vida para obtener una jubilación. Eso implica usar para dicho denominador muchos más años que el último salario, y eso debe incluir todos los ceros que haya en la secuencia.
Cada sistema justifica un denominador diferente. En la discusión que se ha dado se está confundiendo la naturaleza del sistema a evaluar. (El Mercurio Cartas)
Claudio Sapelli
Instituto de Economía UC
Faro UDD



