Hasta el comedor de la presidencia de la Cámara de Diputados en Valparaíso llegaron, la noche del miércoles, los jefes de las bancadas de oficialismo y oposición para sostener una reunión con el presidente de la corporación, Osvaldo Andrade (PS), y con los vicepresidentes Marcos Espinosa (PR) y Gabriel Silber (DC).
El encuentro -que se realizó en reserva- tenía un claro objetivo: analizar diversas fórmulas que permitan aplicar recortes al presupuesto anual de la Cámara. Esto, con la finalidad de liberar recursos para solventar el gasto de los 35 nuevos diputados que deberán sumarse a partir de 2018, cuando entre en vigencia la reforma electoral que puso fin al sistema binominal y que aumentó el número de diputados de 120 a 155.
Cuando La Moneda impulsó dicha reforma en 2014, su compromiso fue que el aumento de parlamentarios -que también contempla elevar el número de senadores de 38 a 50- se realizaría sin tener que solicitar recursos adicionales a Hacienda.
Esta condicionante genera complicaciones para la mesa de la Cámara. De hecho, tras asumir como presidente Andrade declaró que el presupuesto que maneja la corporación “no es suficiente”, y agregó que “sería irresponsable que esto fuera un problema que la corporación viera el próximo año; es bueno empezar a verlo desde ya”.
PROPUESTAS
Así, en la cita del miércoles Andrade expuso ante los parlamentarios una docena de propuestas para recortar gastos.
Según afirman algunos de los presentes, entre las fórmulas que baraja la mesa se encuentra la opción de congelar el reajuste de las dietas de los diputados hasta 2018.
Ya el año pasado los parlamentarios establecieron un protocolo de acuerdo para congelar su dieta por el presente periodo, como una señal de “equidad” en medio del complejo escenario económico y político. Así, la propuesta analizada implica extender esta medida por dos años más.
Otra de las fórmulas abordadas en la reunión contempla una modificación en el uso de pasajes aéreos.
Aunque la mesa de la Cámara está preparando nuevas restricciones para el uso de pasajes (como reducir los tickets de libre disposición), en el encuentro del miércoles se dio un paso más allá, y se planteó incluso la opción de reemplazar el número de pasajes disponibles para cada diputado por un “fondo personal limitado”. Es decir, que cada parlamentario tenga un monto predeterminado para gastar en pasajes, y que esté imposibilitado de excederlo.
Esta iniciativa busca evitar los gastos excesivos en el que incurren parlamentarios que no organizan sus viajes, por lo que compran sus pasajes “a última hora”, pagando un costo muy superior (con cargo a la Cámara) al que podrían haber desembolsado si los hubiesen comprado con algunas semanas de anticipación. “Esto obligaría a los diputados a ser ordenados con sus viajes, ya que si no lo hacen, se les acaba su fondo”, explica uno de los presentes en la cita.
Otro de los tópicos que se plantearon fue el recorte de gastos en asignaciones, especialmente las destinadas para las asesorías externas. El presupuesto para 2016 de la Cámara contempla $3 mil 354 millones para asesorías externas -considerando a los 120 diputados-, que se suman a los $8 mil 712 millones que se destinan para personal de apoyo de los legisladores.
Junto a lo anterior, también se propuso la opción de modificar el sistema de arriendos de sedes parlamentarias. Actualmente, cada diputado se encarga del arriendo de su sede, utilizando para ello dineros de sus asignaciones.
La propuesta que se analizó en la cita del miércoles es que ahora sea la Cámara la que arriende directamente las sedes, y las ponga a disposición de los parlamentarios. Esto permitiría a la corporación escoger oficinas más económicas que las que actualmente utilizan los diputados.
Tras revisar las propuestas, se acordó encargar estimaciones de cuánto sería el dinero que se ahorraría con cada una de estas medidas, por lo que los diputados esperan poder reunirse la próxima semana, ya con números en mano, para seguir avanzando en una solución. (La Tercera)


