El debate presidencial de Canal 13 del domingo 26 marcó un giro inesperado en la campaña del candidato republicano José Antonio Kast, quien optó por un tono conciliador hacia Evelyn Matthei (Chile Vamos) en un esfuerzo por poner fin a las hostilidades. El silencio en el público fue total cuando Kast, en lugar de una pregunta ruda, elogió la gestión de Matthei como ministra del Trabajo y su propuesta de un millón de empleos.
La decisión de «facilitar el tránsito» y «no dar espacio alguno para interpretaciones de hostilidad» con Chile Vamos fue tomada tras una evaluación interna del comando de Kast, donde concluyeron que la tendencia era irreversible y que solo él se perfilaba como el aspirante más seguro para pasar a la segunda vuelta. El objetivo es asegurar un socio clave no solo para ganar el balotaje, sino también para ser gobierno, reconociendo que la derecha no puede gobernar sola.
A pesar de esta determinación unilateral de Kast —ya que no existen conversaciones institucionales formales, aunque sí múltiples vasos comunicantes a través de exdirigentes UDI cercanos al republicanismo—, la aplicación del nuevo trato ha tenido fisuras. Si bien Kast se ha mantenido en la línea de no cuestionar, diputados de sus filas como José Carlos Meza, Cristián Araya y Luis Fernando Sánchez sí han criticado duramente a Chile Vamos por llegar a acuerdos con la actual administración en temas como la reforma previsional.
La estrategia republicana se basa en datos que indican que Jeannette Jara (oficialismo) saldrá primera el 16 de noviembre, dejando a Kast en la segunda posición al haber tres candidatos de derecha en competencia. Por ello, el objetivo es disminuir al máximo la brecha con Jara mediante la campaña #CámbiateaKast, buscando capturar votos volátiles de derecha.
Desde Chile Vamos, sin embargo, descartan el escenario catastrofista de una derrota o un mal resultado parlamentario. Los presidentes de la UDI, Guillermo Ramírez, y de Evópoli, Juan Manuel Santa Cruz, afirman tener la confianza en que Matthei pasará al balotaje y en que la lista de su coalición será la más votada en el Congreso, donde esperan duplicar los escaños del Partido Republicano en el Senado.
La «unidad legislativa» no está en duda para ninguna de las partes. El principal interrogante reside en el formato de integración del Ejecutivo si Kast gana en La Moneda, pues el republicano no quiere cuoteos ni arribos institucionales. En Chile Vamos existe una discusión interna sobre si sumarse o no a un eventual gobierno de Kast, con algunos temiendo el desgaste sufrido por el Socialismo Democrático al integrarse al gobierno de Boric. A solo 14 días de la primera vuelta, el comando republicano es consciente de que cualquier error en la búsqueda de esta unidad podría dejarlos fuera de La Moneda. (NP-Gemini-La Tercera)
