El presidente interino de la Cámara de Diputados de Brasil, Waldir Maranhao, resolvió este lunes anular la votación que decidió continuar con el juicio político contra la Presidenta Dilma Rousseff, ocurrida el pasado 17 de abril.
Maranhao, quien forma parte del opositor Partido Progresista y reemplazó en la testera de la Cámara Baja al suspendido diputado Eduardo Cunha, programó una nueva votación sobre el «impeachment» contra la Mandataria para cinco sesiones más, contadas desde la devolución del proceso por parte del Senado.
La decisión fue tomada tras la petición hecha por el abogado general de la Unión, José Eduardo Cardozo, quien realiza la defensa de Rousseff en este proceso.
Según el nuevo titular de la Cámara, durante la primera votación «ocurrieron vicios que dejan nula y sin efecto la sesión en cuestión».
De esta forma, Maranhao argumentó, por ejemplo, que los diputados no debieron haber anunciado su preferencia antes de la votación contra la jefa de Estado. Asimismo, el parlamentario aseguró que la defensa de la Presidenta debió haber tenido la opción de hablar durante la citada sesión.
Del mismo modo, el parlamentario argumentó que el resultado de la votación debería haber sido formalizado en una resolución, de acuerdo a lo dispuesto en el reglamento interno de la Cámara de Diputados, lo que tampoco ocurrió.
Esta noticia ocurre la misma semana en que el Senado debería votar la continuidad de Rousseff en su cargo. En caso de aprobar el juicio político, la Presidenta estará suspendida en el Gobierno durante 180 días.
Sin embargo, ahora hay dudas respecto al futuro del proceso, ya que todo hace prever que la Cámara Alta también deberá suspenderlo tras la decisión del diputado Maranhao.
Waldir Maranhao asumió la presidencia de la Cámara Baja luego de que la Corte Suprema decidiera suspender a Eduardo Cunha de su cargo, al ser acusado de dificultar las investigaciones de la justicia en el caso Petrobras, donde también estaría implicado, luego de que se descubriera que poseía cuentas en paraísos fiscales.
Según la acusación, el parlamentario habría recibido cohecho de por lo menos cinco millones de dólares, por haber facilitado contratos con la petrolera estatal.
Esta resolución reafirmó la intención del Gobierno de suspender el juicio político en contra de Rousseff, el cual argumentó que el diputado ocupó este proceso para su beneficio personal.
REACCIÓN DE ROUSSEFF
La Presidenta brasileña, Dilma Rousseff, pidió hoy «cautela» ante la decisión que suspende el trámite en la Cámara Baja del proceso que le puede costar el cargo, pues todavía desconoce «las consecuencias» que eso pudiera tener.
«Sé que un recurso (contra el proceso) fue aceptado», y «no puedo fingir que no estoy sabiendo», declaró la gobernante en un acto con cientos de estudiantes y profesores, a los que pidió «cautela», porque «vivimos una coyuntura de mañas y artimañas».
Rousseff apuntó que, aún sin saber las consecuencias legales de esa decisión, «es necesario continuar percibiendo lo que está en curso», que volvió a definir como un «golpe contra la democracia», contra su mandato y contra los programas sociales de su Gobierno.
EL SENADO NO ACATA
El presidente del Senado brasileño, Renan Calheiros, anunció este lunes que continuará con el proceso que decide el juicio político contra la Presidenta Dilma Rousseff, e ignoró la decisión tomada más temprano por su par en la Cámara de Diputados, Waldir Maranhao, de anular la votación en contra de la Mandataria ocurrida el pasado 17 de abril.
Calheiros catalogó la resolución de Maranhao como «absolutamente intempestiva», «extemporánea» y que fue adoptada «cuando el Senado ya discute el asunto desde hace varias semanas».
Detalló que «ya hubo lectura de informes sobre el caso, se eligió una comisión especial» que analizó la base jurídica de los cargos y «hubo 10 sesiones que consumieron casi 70 horas de trabajo» en las que se escuchó a la defensa y a la parte acusadora.
«Esta decisión ahora, es totalmente intempestiva» y «no puede ser aceptada», ya que «no se puede aceptar que se juegue de ese modo con la democracia» o que se «avale un atraso del proceso» contra Rousseff, declaró Calheiros.
También señaló que «no cabe al presidente del Senado decidir si el proceso es justo o injusto», ya que eso lo hará «el propio pleno, el conjunto de los senadores, tal como lo ha decidido el Supremo Tribunal Federal».
Según Calheiros, «ninguna decisión monocrática», como la adoptada por Maranhao, puede imponerse al «colegiado» de la Cámara Baja, que por 357 votos de los 513 posibles decidió el pasado 17 de abril que el juicio contra Rousseff tiene base jurídica y, de esa manera, debe continuar en el Senado. (Emol-EFE)



