A cinco días del balotaje presidencial, el Gobierno de Gabriel Boric entra en la recta final, dejando al futuro Mandatario electo una «mochila» cargada de procesos complejos que trascienden el 11 de marzo. Entre los asuntos más ríspidos se cuentan la expropiación de la megatoma de San Antonio, un crítico cuadro fiscal que exige ajustes y un sistema de Transporte con alta subsidiaridad.
Voces del Ejecutivo, como el ministro Álvaro Elizalde, han sincerado que el plan de desalojo y reubicación de las familias en San Antonio, donde se erigirá un plan habitacional, se prolongará por varios meses y será continuado por la próxima administración. Este plan, que busca beneficiar a 40 cooperativas, enfrenta la amenaza de judicialización por parte de los dueños del predio y de la oposición.
Otro desafío crítico es el sistema de transporte, cuyo subsidio nacional supera los $1.100.000 millones, con ingresos por tarifa que solo cubren una fracción del gasto total. El exministro Pedro Pablo Errazuriz criticó que el Gobierno actual deja un «déficit abultado» por la decisión de no subir tarifas ni corregir desafíos de gestión, lo que deberá resolver la administración entrante.
En materia económica, el Presupuesto 2026 implica un ajuste fiscal «titánico», según expertos, para cumplir con la meta de balance estructural. El Consejo Fiscal Autónomo advirtió un posible incumplimiento, pues las proyecciones de ingresos tienen un «significativo grado de incertidumbre». Además, el erario suprime la glosa de libre disposición para el nuevo Gobierno, generando críticas de ambos candidatos.
Finalmente, la candidatura de Michelle Bachelet a la Secretaría General de la ONU también queda en la incertidumbre. Esta aspiración, que ya ha implicado gastos en campaña y proyecta más financiamiento en 2026, requerirá del respaldo político y financiero del nuevo Gobierno. José Kast ha manifestado molestia por no haber sido consultado previamente sobre la postulación, poniendo en duda su apoyo. (NP-Gemini-Emol)
