Una intensa agenda de reuniones es la que ha sostenido el Presidente Gabriel Boric en Nueva York. Ayer, tras dar a conocer su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, sostuvo bilaterales con el secretario general del organismo, Antonio Guterres, y con la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula van der Leyen.
Tras ello, el Mandatario cerró la jornada con una recepción organizada por la embajada de Chile ante el ente multilateral en el Sky Terrace, ubicado en la Galleria Building, entre las avenidas Lexington and Park Avenue de Manhattan, en donde se reunió con representantes de la ONU y chilenos residentes en la ciudad de Nueva York.
En ese contexto, el jefe de Estado dio un discurso de bienvenida, en el cual abordó distintos temas, ante la presencia de autoridades de ONU Mujeres, del Alto Comisionado de los DD.HH., de la OIT y del área de Asuntos Políticos y de Paz de la entidad, además del embajador de Chile en Estados Unidos, Juan Gabriel Valdés.
En su intervención, que fue transmitida por redes sociales por la defensora de los Objetivos de Desarrollo Sustentable, la activista por los derechos digitales, Valentina Muñoz, Boric comenzó haciendo un gesto de agradecimiento a la actual embajadora de Chile ante el organismo, Paula Narváez.
«Si hoy tengo la oportunidad de estar aquí es también gracias a ti (…) y el programa del que haces mención es también el tuyo, porque tomamos del trabajo que realizaste recorriendo Chile, parte importante de las ideas que inspiran una tradición socialista de la cual me siento parte y siento que somos de ese mismo tronco», dijo.
Dicho eso, el gobernante dio a conocer algunas impresiones de lo que fue su debut en la Asamblea General, destacando el análisis que realizó de los discursos de los ex Presidentes y representantes chilenos ante la ONU desde 1946 hasta la fecha, los cuales utilizó como insumo para construir el mensaje que envió ayer.
«Fue un ejercicio muy entretenido e interesante (…) uno ve lo que evoluciona y lo que no evoluciona del mundo y es esperanzador ver cómo hay problemas que como humanidad hemos logrado enfrentar en conjunto, porque cuando uno está acá se siente parte de algo mucho más grande», indicó.
Luego, en tono distendido, ejemplificó señalando que «nunca había estado al lado de Corea del Norte, nunca había tenido la oportunidad de tener ningún tipo de diálogo con alguien de Lesotho, lo había visto solamente en las propagandas del mundial de Sudáfrica», generando risas entre los asistentes.
En esa línea, afirmó que «poder sentirse parte de algo que es más grande que uno es realmente emocionante y nos hace tener algún sentido de realidad y de la magnitud de cómo avanza Chile».
En ese contexto, el jefe de Estado recordó que «el diario El País destacaba, haciendo un paralelo entre la intervención del Presidente de Brasil y la nuestra, dos visiones distintas del mundo que se expresan desde América Latina y creo que esa diferencia nos enaltece».
«Como decía un maestro argentino, lo más lejos que estemos de ciertas personas nos hace ser mejores», remarcó, apuntando a Jair Bolsonaro, con quien ha sostenido varios choques en los últimos meses, destacando el último donde el líder brasileño lo acusó de haber instado a la quema del Metro de Santiago durante la crisis social.
Tras ello, destacó que «creo que es bueno venir a este lugar a plantear ciertas visiones de mundo que tenemos y que lo que vinimos a decir acá es que creemos profundamente en el respeto a los DD.HH., que creemos profundamente en la democracia, aún cuando el pueblo no falle como a nosotros nos gustaría que fallara».
«Eso es parte también de los aprendizajes que hemos tenido en Chile, y lo decía en el discurso, es un baño de humildad para seguir avanzando. Creo que el poder hacer ese aprendizaje en conjunto es tremendamente enriquecedor», indicó, en referencia al triunfo del Rechazo en el Plebiscito de salida del proceso constituyente. (Emol)
