Envidiable es la claridad expuesta por el Presidente Milei en su viaje a Ushuaia, Tierra del Fuego. Primero reconoce el liderazgo logístico chileno en la Antártica y, segundo, indica lo que debe hacer su país para competirnos. La Antártica es el futuro. Lo que hacemos hoy tendrá un gran impacto mañana, pero lo que dejemos de hacer será mucho más decisivo para los intereses nacionales en las próximas generaciones.
Aplaudimos la visita del Presidente Boric junto al secretario general de la ONU al Territorio Antártico Chileno a fines de 2023, pero la soberanía y ocupación efectiva de ese espacio requiere, además, de fuertes convicciones, de continuas inversiones sustantivas y de largo plazo.
El uso del lado este de la península antártica, el repoblamiento de Villa Las Estrellas, el mejoramiento sustancial de los puertos de Punta Arenas, en conjunto con la ampliación de estructuras logísticas en territorio nacional antártico, son mínimos fundamentales para mantener este liderazgo global.
Punta Arenas es la principal ciudad antártica del mundo. Tenemos el aeropuerto con el mayor movimiento de pasajeros que viajan a la Antártica cada año, tanto turistas como científicos y militares. Somos la base de operaciones de 23 programas antárticos estatales, seguidos de lejos por otras llamadas “puertas antárticas”, como Ciudad del Cabo, con 9, y Ushuaia, con cuatro.
Pero el marcado liderazgo de Chile y de Punta Arenas puede cambiar de manera lenta e imperceptible, si las élites del Estado miran desde Santiago, sin comprender lo que es la Antártica para el mundo.
Defender el Territorio Antártico Chileno de forma oportuna, proactiva y sin complejos es un deber permanente del Estado y, para ello, tenemos que generar de manera paralela las necesarias declaraciones y gestos con inversiones tangibles de las magnitudes que se requieren para mantener y consolidar el rol global y liderazgo de nuestro país y de Punta Arenas en el próximo siglo.
El reconocimiento de nuestro territorio antártico en la Constitución sería un gran punto de inicio a este necesario “nuevo trato” del Estado con la Antártica Chilena y significaría, de una vez, enmarcar la totalidad de las acciones presentes y futuras tanto públicas como privadas bajo este gran objetivo. (El Mercurio Cartas)
Claudio Radonich
Alcalde de Punta Arenas