Allamand: Piñera «tiene toda la legitimidad del mundo para gobernar sin complejos»

Allamand: Piñera «tiene toda la legitimidad del mundo para gobernar sin complejos»

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A ocho días del cambio de mando, el senador Andrés Allamand (RN) señala que para proyectar a la coalición en el poder, lo primero «es hacer bien la pega»; es decir, gobernar con eficiencia, con prioridades claras y «en sintonía con la opinión pública».

Descarta que el reciente conflicto entre su partido y el comité político del Presidente electo por la designación de intendentes afecte la gobernabilidad del bloque. Aunque advierte que perder la unidad y adelantar la carrera presidencial pueden convertirse en «errores no forzados».

-¿Cuál es el punto de partida del próximo gobierno?

-El gobierno de Piñera parte apoyado en el resultado político de la última elección presidencial. Ahí emerge un mandato muy claro: retomar el camino del progreso e impulsar con más fuerza el proceso modernizador surgido a partir de los 90. Para decirlo en simple, lo que estaba en juego en la pasada elección era la definición de un rumbo, no solo los nombres de los candidatos. Guillier representaba abandonar la trayectoria de los últimos 30 años y continuar por el camino de la Nueva Mayoría; Piñera, a la inversa, representaba retomar el camino y darle un nuevo impulso haciéndose cargo de las inevitables deficiencias y vacíos de todo proceso modernizador. El triunfo de Piñera -y sobre todo los 10 puntos de ventaja- fueron un verdadero mandato popular para el nuevo gobierno. Por lo mismo, el nuevo gobierno tiene toda la legitimidad del mundo para gobernar sin complejos. Tiene un claro mandato mayoritario.

-¿Cómo evalúa el proceso de instalación del gobierno?

-Muy bueno. Es la mejor demostración de que las lecciones se aprenden. Si se miran las designaciones, se advierte un sano y bien logrado equilibro entre capacidades políticas y destrezas técnicas, entre experiencia y renovación. Además, es un proceso que se ha hecho con los partidos de la coalición, y no marginándolos del mismo. Para mí, ello demuestra que la lección fue aprendida.

-Pero la «repetición del plato» ha sido uno de los aspectos más cuestionados. ¿No es acaso un síntoma de la falta de capital humano?

-Para nada. La centroderecha demostró en la última elección presidencial una enorme capacidad de renovación de sus cuadros; de hecho, tiene hoy día un plantel de parlamentarios jóvenes que ya se los quisiera la Nueva Mayoría. Lo que se ha hecho por parte del Presidente Piñera es una valoración adecuada de la experiencia.

-¿En qué medida repetir equipos podría implicar que se cometan los mismos errores?

-De alguna manera, puede pensarse que el plantel es similar, pero el libreto yo considero que es muy distinto. Hay a lo menos dos aspectos marcadamente diferentes que ya se aprecian, entre lo que podríamos llamar el gobierno de Piñera 1 y el gobierno de Piñera 2. El primero tiene que ver precisamente con la valoración de los aspectos políticos. Aquí no se ha ninguneado ni a los partidos ni a los dirigentes de los partidos, ni tampoco se volvió al error de hace ocho años, cuando yo sostuve que era absolutamente inviable pretender ganar las elecciones con los partidos políticos y gobernar con ejecutivos de empresas. Por lo tanto, lo que tiene este gobierno es un marcado sello de valoración de los aspectos políticos que no tenía con la misma intensidad el gobierno anterior.

En segundo lugar, se ha puesto un objetivo político que el anterior tampoco tuvo: ni más ni menos que el horizonte de tiempo del actual gobierno es de ocho años, y no de cuatro.

Además, hay una clara diferencia en materia económica. El sello que se le quiere imponer a este gobierno es que el crecimiento económico a secas es completamente insuficiente. Y, por lo tanto, se trata de tener un crecimiento económico con un fuerte componente social.

-¿Qué tan distintos serán el gobierno de Piñera y el de Bachelet?

-Del cielo a la tierra. El gobierno de Bachelet despreció el crecimiento, fue marcadamente ideológico y tuvo desde el día uno un sello confrontacional. El gobierno de Piñera retomará la prioridad para el progreso, será pragmático -no habrá segundas retroexcavadoras- y buscará acuerdos amplios con la oposición.

-¿De qué depende la proyección del gobierno?

-Para que un gobierno se proyecte, lo primero es hacer bien la pega; esto es, gobernar con eficiencia, prioridades claras y en sintonía con la opinión pública. Si ello se hace mal, la proyección es apenas una ilusión. Para abordar tal tarea tenemos en Piñera un liderazgo presidencial experimentado y competente, una coalición amplia y exitosa, y un programa de gobierno realista. Además, los vientos de la economía mundial están soplando a favor, y nuestros adversarios están confundidos y peleados.

-El Presidente ha acuñado el concepto de «la derecha sin complejos». A su juicio, ¿hacia dónde apunta?

-A la convicción de que las propias ideas, y no las ideas de la centroizquierda, son las que sacan al país adelante. Esa es la convicción fundamental, que las ideas correctas para Chile son las de la centroderecha, y no las de la Nueva Mayoría. Por lo tanto, aquí no va a haber ninguna mimetización con el discurso ni con la retórica de la centroizquierda.

SU ROL

-¿Le hubiera gustado formar parte del gabinete?

-A cualquier persona le hubiera gustado. Yo estoy muy conforme con el rol que debo desempeñar en el Senado, y para que el gobierno tenga éxito tiene que haber personas en el Ejecutivo y en el Legislativo. Yo fui elegido senador por Santiago hace cuatro años y, en consecuencia, estoy muy conforme con la situación en la que estoy.

-¿Conversó en algún minuto con el Presidente la posibilidad de integrar el gabinete?

-El Presidente resolvió temprano que en esta oportunidad no iban a designarse ni a parlamentarios ni a alcaldes en cargos ejecutivos, y a mí me parece que es una decisión correcta.

-¿Cuánto va a aportar para que la relación con Piñera sea buena y que tenga un buen gobierno?

-He hecho una vida política a la par del Presidente Piñera. Hemos tenido diferencias, pero al final siempre nos arreglamos para trabajar en favor de nuestras ideas comunes. Yo voy a ser el principal colaborador del gobierno del Presidente Piñera.

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