Con preocupación, así recibieron diputados de la comisión de Educación las declaraciones del superintendente de Educación Superior, José Miguel Salazar, quien anticipó un «estrés financiero» para el sector este 2022, en sintonía con lo que está pasando en materia económica en el país.
En entrevista con El Mercurio, Salazar planteó que el sector «está sujeto a las mismas vicisitudes al igual que todo el resto de la sociedad y particularmente de la economía. Y yo me temo que estamos en un escenario donde vamos a pasar una cierta estrechez financiera. Quizás eso va a colocar a las instituciones en un poquito más de estrés, más del que han enfrentado hasta ahora».
Al respecto, el diputado de la comisión de Educación de la Cámara Sergio Bobadilla (UDI), comentó que «es muy negativo que el superintendente le haya notificado al país que estamos ad portas de una crisis económica en la educación superior, sin que estén trabajando junto al Gobierno en algún plan que permita enfrentar este grave escenario«.
A su juicio, «una eventual crisis en el sector perjudicaría directamente a los estudiantes y sus familias, atentaría contra su desarrollo profesional y personal, y vendría a agravar aún más la crisis en materia educacional que vivimos en nuestro país, que parte con una deserción de más de 50 mil niños y adolescentes en el sistema escolar, sumando ahora las dificultades financieras en el nivel superior».
«Tal como ocurre con la crisis de las Isapres, pareciera que el Gobierno está dedicado a ponerse el parche antes de la herida, demostrando una supuesta preocupación, pero sin hacer nada especial para afrontar este escenario. Lo que está notificando el superintendente es una casi segura hecatombe de las instituciones de educación superior, y no vemos ninguna preocupación con los miles de estudiantes, especialmente los más vulnerables, que se podrían ver perjudicados», acotó Bobadilla.
El también integrante de la comisión de Educación Hugo Rey (RN), expresó que «es una situación muy preocupante, creo que el superintendente tiene que ir a la comisión de Educación a exponer esta situación, lo vamos a a invitar, porque el hecho es muy delicado. La crisis financiera que están pasando muchas instituciones y empresas en Chile es producto de la mala situación económica, nosotros esperamos que el Estado pueda ayudar y dar facilidades justamente a las instituciones de educación superior«.
Con ello, el legislador RN recordó que «hemos tenido la experiencia de varias que han quebrado en el camino y los malos momentos que han vivido los estudiantes son muy complejos. Hay que evitar a toda costa que las instituciones de educación superior puedan quebrar, anticiparnos si esto fuera posible la reubicación de estos alumnos cosa que sabemos que es muy compleja, muy difícil».
«Esperamos que el superintendente nos pueda entregar información, real, efectiva de lo que puede pasar, de lo que viene y de qué manera también queremos saber cómo el Estado, el Gobierno, el Ministerio de Educación y la Superintendencia, van a enfrentar este escenario que es bastante complejo y del cual como parlamentarios de oposición estamos dispuestos a colaborar», sentenció el diputado Rey.
El diputado Bobadilla en tanto, expresó que los próximos días citarán a una sesión especial en la Cámara de Diputados para abordar la situación y conocer qué planes tiene el Gobierno para prevenir el escenario que advierte el superintendente.
Sumado a esto, Bobadilla indicó que será uno de los temas que incluirá en la interpelación al ministro de Educación que presentarán en los próximos días.
Por su parte, la también miembro de la instancia, Emilia Schneider (CS), opinó que «sin duda el momento económico también afecta a las instituciones de educación superior, lo importante es abordar este debate saliendo de la lógica de mercado, porque estamos hablando del derecho a la educación y las respuestas que demos deben tener mirada país y de sistema, con un foco claro desde el Estado en fortalecer la educación pública».
La diputada Schneider recalcó que «el error sería insistir en políticas de mercado que han generado problemáticas como, por ejemplo, una ampliación de la matrícula sin planificación y que muchas veces defrauda a sus estudiantes. Urge abrir un debate por un nuevo modelo de financiamiento responsable y que ponga en el centro la justicia social. El agobio hoy lo viven las instituciones por la falta de recursos y las personas por el endeudamiento excesivo que ha generado el sistema».(Emol)