Avenida Los Leones con el Vergel, comuna de Providencia. Ahí se ubicaba en el pasado el colegio Latinoamericano, lugar donde fueron secuestrados dos de las tres víctimas del caso degollados en marzo de 1985. Hoy, el establecimiento ya no existe. En su lugar existe un edificio de departamentos, cuyos residentes se oponen a la construcción, por parte del municipio, de un memorial en el frontis, sobre la vía pública, en recuerdo de las víctimas.
Se trata de tres bancos, rodeados de jardines de mediana altura, donde en cada uno de ellos se leerá el apellido de las víctimas: Guerrero, Nattino y Parada, Aunque concejales aseguran que se trata de un sencillo diseño, los vecinos del edificio critican tres puntos del memorial: les quitará espacio al área que usan como antejardín (pero que es parte de la vía pública), las luces de la construcción apuntarán hacia arriba (lo que podría iluminar los departamentos por las noches), y la eventual realización de manifestaciones, las que se sumarían a las que ya se llevan a cabo en el lugar los 29 de marzo, día en que ocurrieron los secuestros.
“Hicimos una votación y el 88% de los vecinos se opuso. Queremos vivir en el lugar tranquilo que elegimos, por el cual pagamos bastante, sin que esté asociado a alguna arista política, de derecha o izquierda. Pienso que esto devalúa nuestra inversión y que hay otros lugares más apropiados”, dice Bárbara Muñoz, presidenta del Comité de Administración del Edificio Espacio Los Leones. La dirigenta cuestiona además que se usen recursos públicos “habiendo otras necesidades más urgentes” en la comuna.
Para la alcaldesa Josefa Errázurriz el emplazamiento de estos hitos urbanos son fundamentales “para que estos crímenes no se repitan”. La autoridad agrega que “la conmemoración cada año en ese lugar (donde estará el memorial) ha pasado a formar parte de la tradición urbana, y en ningún caso ha implicado consecuencias negativas para los vecinos del barrio”.
Ante las críticas de los vecinos, la alcaldesa agrega que han sido escuchadas sus aprehensiones, pero que “la memoria y el respeto por los derechos humanos es también un aporte para los familiares de quienes murieron, pero por sobre todo para nuestro país”.
Los concejales votarán el proyecto durante este mes, ya que se financiará con recursos municipales: unos $40 millones. “Este es un esfuerzo del municipio por educar y crear conciencia histórica en los pasantes, como un llamado a la vida, sin estigmas políticos, y que nadie quiere que vuelva a ocurrir”, sostiene el concejal David Silva (PS), presidente de la Comisión de Urbanismo de la municipalidad, instancia donde se debatió la idea de memorial.
“Entiendo la preocupación de los vecinos, pero fue un crimen horrible y atroz que conmocionó al país, y por lo demás no será un monumento, sino un discreto memorial emplazado en un espacio público”, añade el concejal Rodrigo García Márquez (Ind), quien recalca que votará a favor de la construcción.
