Durante la jornada de este sábado se confirmó el fallecimiento de Miguel Otero Lathrop, histórico fundador de Renovación Nacional (RN), exsenador y exembajador de Chile en Argentina.
Desde las redes oficiales de Renovación Nacional, confirmaron la noticia, indicando que “destacamos su compromiso irrestricto con Chile. Desde RN, enviamos un abrazo y nuestras más sentidas condolencias a su familia, amigos y cercanos”.
Según recoge la Biblioteca del Congreso Nacional, Otero Lathrop completó sus estudios secundarios en la Escuela Militar Bernardo O’Higgins. En 1947 adquirió el grado de Oficial de Infantería y se retiró de la institución en 1950.
Continuó sus estudios de Derecho en la Universidad de Chile hasta su titulación en 1955. Fue durante esa época en que ingresó a la juventud del Partido Liberal. Sin embargo, luego asumiría como consejero nacional universitario en representación del Partido Nacional, colectividad a la que se incorporaría como miembro fundador.
Luego de estudiar en el extranjero, ejerció la docencia en su alma máter durante la década de los 60. Entre 1964 y 1966 fue secretario general del Partido Nacional. Tras el golpe de Estado en 1973, se desempeñó en distintos cargos administrativos al interior de esa casa de estudios.
Paralelamente, se dedicó a su estudio jurídico y ejerció cargos directivos en diferentes empresas agrícolas, bancarias, metalúrgicas y de manufactura.
Hacia el final de la década de los 80, participó en la génesis de Renovación Nacional, y luego fue su vicepresidente entre 1988 y 1992. En 1991, fue designado como senador por la 7ª Circunscripción Provincial de la Región Metropolitana, tras el asesinato de Jaime Guzmán.
En 2001 formó parte de la comisión política de RN. Bajo el primer gobierno de Sebastián Piñera, fue nombrado embajador de Chile en Argentina. No obstante, solo ejerció el cargo por tres meses. Su salida estuvo marcada por sus polémicos dichos sobre la dictadura chilena en una entrevista concedida al diario Clarín de Argentina. “La mayor parte de Chile no sintió la dictadura de Pinochet”, aseguró.
Tras su renuncia, declaró que no tuvo intención de ofender a nadie y afirmó: “Me duele profundamente que todavía en Chile se siga mirando el pasado y no el futuro”.
“He renunciado porque me di cuenta de que se había logrado crear una situación dificilísima para el gobierno acá en Chile y que podría crearme problemas el día de mañana para mis actuaciones como embajador en Argentina (…) Yo nunca quise ser embajador, acepté ser embajador porque tengo una conciencia de respeto por la función pública”, sostuvo. (ADN-La Tercera)
