Luego de las primarias, vemos el análisis que hacen quienes fueron parte del proceso: los partidos que participaron (y los que no), la ciudadanía y los medios de comunicación. Se habla de éxito, de fracaso, de buena participación, de exceso de abstención, se comparan recursos o tiempo de existencia de las coaliciones. Incluso aparece alguna autocrítica. Pero más allá de los números, surgió una preocupación pocas veces vista en los últimos años: la calidad del proceso.
El año pasado nos tocó ver cómo miles de personas no pudieron ejercer su derecho a voto debido a errores y un ineficiente manejo del padrón electoral. El domingo aparecieron nuevos fantasmas, cuando en distintos locales de votación personas aparecieron inscritas en partidos en los cuales jamás habían firmado, hecho que les limitó su opción de votar. Tras semanas de campañas de promoción del voto, las instituciones y organizaciones responsables de asegurar un proceso limpio y sin irregularidades quedaron al debe. Quedan serias dudas también sobre el actuar de diferentes partidos a la hora de convocar nuevas militancias en cumplimiento de una nueva ley de partidos. Todo esto, en un momento en que la confianza no es precisamente un bien abundante en la política.
Desde Ciudadano Inteligente creemos que la democracia es mucho más que un voto. Sin embargo, la importancia de asegurar su acceso y disponibilidad a toda la ciudadanía es lo mínimo que podemos exigir. Es tremendamente dañino para este ejercicio democrático que quienes quieran ejercer su derecho no puedan hacerlo, sobre todo cuando sabemos que la abstención en Chile ha ido en aumento, y que llegó a un 65% en las elecciones municipales del año pasado.
Sumado a esto, la semana pasada el Tribunal Calificador de Elecciones falló respecto a la apelación que hizo el Partido Ciudadanos. El fallo contradice el criterio que se ha venido aplicando por décadas, que exige que militantes de un partido deben haberse desinscrito del anterior para ingresar a uno nuevo. La modificación del criterio levanta inquietudes: ¿pueden entonces militar personas en dos partidos? ¿Qué se hace con quienes les han sido rechazadas inscripciones por esto? Dado que el Estado entrega una parte de sus ingresos a los partidos según su constitución en distintas regiones, ¿se estarían entregando montos equivocados si es que cuentan a una persona en dos partidos?
Hoy estas preocupaciones son más importantes que nunca pues estamos a menos de cinco meses de la primera vuelta y como ciudadanía necesitamos que el proceso electoral sea intachable. Tal parece que ahora no es suficiente únicamente promover una participación electoral informada y responsable, sino defender el derecho a ella. Por ello consideramos urgentes al menos dos medidas clave: facilitar el trámite de revisión de militancias y permitir su eventual cancelación, e identificar y sancionar a quienes sean responsables de estas falsas militancias. Esto, porque el voto en Chile hoy necesita certidumbres. (La Tercera)
Pablo Collada



