PPD y el desafío de la centroizquierda

PPD y el desafío de la centroizquierda

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Muchos sostienen que llegó a su fin el largo ciclo de 30 años (1987-2017) de la gran coalición de centroizquierda. ¿Termina de verdad  ese  ciclo?  Razones sobran para pensarlo al observar el curso divergente del Partido Socialista (PS) y la Democracia Cristiana (DC), y la miopía de quienes creen que separados podrían gobernar el país.

Pero lo previsible no es inevitable. La historia la hacen las personas. Aún hay margen para enderezar las cosas y ganar. En su próximo Consejo el PPD puede reiterar  con nitidez su decisión de privilegiar la unidad de la centroizquierda. Así lo hizo levantando la candidatura de Ricardo Lagos, y aportó a la unidad con coherencia y con un programa de futuro. Al proclamar a Alejandro Guillier debería  guiarse por el mismo criterio de unidad de la centroizquierda. Quienes respaldan de verdad a Guillier deben buscar una mayoría parlamentaria, pues separar aguas  perjudicaría a un eventual gobierno de la centroizquierda, dejándolo sin mayoría en el Parlamento.

Si midiéramos la magnitud de los desafíos futuros, levantáramos la mirada y pusiéramos por delante el progreso de Chile, deberíamos convenir que solo una centroizquierda sólida puede triunfar sobre la derecha e impedir una regresión elitista, una reversión de los cambios en educación, salud y pensiones, y la obstrucción de una nueva Constitución. Hoy la derecha se siente triunfadora. Percibe la división y la alentará. Piñera buscará atraer a algunos personeros demócrata-cristianos, como lo hizo, aunque sin éxito, en 2010.

Cabe preguntarse, sin embargo, si quienes hoy lideran los partidos y movimientos tendrán la visión y la capacidad táctica para superar antagonismos y encontrar fórmulas nuevas.

¿Qué hacer? Hasta ahora la coalición ha defendido la regla que le ha dado gran éxito en el pasado: un candidato presidencial, un programa de gobierno y un pacto parlamentario. Pero hoy el cuadro es distinto y habrá dos candidatos presidenciales.

¿Es un dogma  tener que llevar listas parlamentarias separadas, a sabiendas que en conjunto se elegiría menos parlamentarios?

La derecha en 2005 llevó dos candidatos presidenciales a la primera vuelta, pero mantuvo una sola lista parlamentaria. Sumados, Joaquín Lavín y Sebastián Piñera sacaron más votos que la Concertación en primera vuelta. Bachelet logró imponerse sobre Piñera en la segunda vuelta, pero la derecha eligió numerosos diputados, hizo oposición y pudo ganar la elección presidencial en 2009. En 2017 es indispensable adaptarse a las nuevas circunstancias históricas y proponer nuevas fórmulas.

¿Cómo? Primero, un compromiso formal de apoyar en la segunda vuelta al que gane en  la primera. Segundo, constituir un equipo programático conjunto de inmediato. Tercero, concordar un solo pacto electoral parlamentario.

El PPD debería defender esta posición y no abdicar de su objetivo de unidad de la centroizquierda.

Convenir en los tres puntos mencionados es esencial  para triunfar y sostener a un nuevo gobierno de centroizquierda. (La Tercera)

Sergio Bitar

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