La candidata ultraderechista Marine Le Pen, presidenta del Frente Nacional de Francia, abrió una disputa contra los jueces que investigan cargos de corrupción en su contra, desde financiamiento ilegal a malversación de fondos públicos. Incluso amenaza con pedirles cuentas si es electa. El presidente galo François Hollande salió a paso.
La presidenciable aprovechó un acto del domingo en Nantes, para decir que «los magistrados no están para obstaculizar la voluntad del pueblo» y que deben «cuidarse mucho» los funcionarios jurídicos que participan en «persecuciones en su contra».
Le Pen fue más allá y aseguró que esos jueces «tendrán que asumir las consecuencias» tras las elecciones. Hollande le respondió que «no se puede poner en entredicho a los funcionarios en nuestra república». El primer ministro Bernard Cazenueve consideró «inaceptable» que se ponga en duda el estado de derecho.
Informa El País que el ministerio de justicia, el Sindicato de la Magistratura y dirigentes de otros partidos criticaron el ataque a los jueces por supuestamente no ser «patriotas». Quizás por eso se niega a comparecer ante ellos en los tribunales.La semana pasada fue citada por policías judiciales que investigan los falsos contratos de supuestos asistentes suyos en el Parlamento Europeo, entre ellos los de su jefa de gabinete Catherine Griset, imputada, y su guardaespaldas Thierry Légier.
«La justicia no puede perturbar una campaña. La investigación puede hacerse más tarde», enfatizó la líder del partido con historia antisemita, filonazi y racista. El círculo sobre Le Pen se estrecha, ya que hay una docena de imputados entre dirigentes del Frente Nacional y amigos de Marine Le Pen. (ADN)


