Santo Domingo, julio de 2016. Así sitúa Andrés Allamand la redacción del párrafo introductorio de su libro La salida. En el balneario de la Región de Valparaíso, el senador RN suele refugiarse para tomarse un respiro de la contingencia, reflexionar, estudiar. Así lo hizo para escribir el texto que busca repetir el efecto de El desalojo, cuando casi al finalizar el primer gobierno de Michelle Bachelet hizo una propuesta gruesa para que la centroderecha buscara terminar con casi 20 años de gobiernos de la Concertación. Desde ese mismo refugio, donde esta semana estuvo trabajando en su voto de rechazo al proyecto de descentralización, además de indicaciones a la Ley de Presupuestos -donde le pondrá especial atención a las nuevas glosas de gratuidad- Allamand se hace cargo de la crítica visión que plasmó sobre su coalición, Chile Vamos, los cuatro años de gobierno de Sebastián Piñera y de las posibilidades que tienen de volver a La Moneda. Por primera vez, en tres años, revela cómo está hoy su relación con el ex Presidente y dice que el tema de las pensiones será la “madre de todas las batallas” de la elección presidencial de 2017.
¿Más que incomodar al gobierno o la Nueva Mayoría, su libro terminó incomodando más a su sector y al propio ex presidente Piñera, según algunos trascendidos?
Me consta que el libro fue muy bien recibido por el entorno del ex presidente Piñera y él no me ha dicho una palabra de desacuerdo con el mismo. Obviamente tenemos una mirada distinta del resultado político del gobierno anterior. Pero ese es un tema que ambos hemos dejado en el pasado.
Usted enumeró en su libro varios yerros que a su juicio cometió el gobierno de Piñera: que no tenía relato, criticó su visión economicista, que pecó de arrogancia y que al final la centroderecha ganó para perder. ¿No cree que podría estar molesto?
He pretendido hacer un aporte en la línea de lo que hoy nadie discute. Para ganar la próxima elección presidencial no solamente tenemos que ofrecer gestión, sino un relato o una propuesta de futuro. El libro plantea que tal propuesta tiene que anclarse en la idea de un gobierno integrador, más allá de los márgenes de la centroderecha. En retomar la idea de progreso necesaria para avanzar en justicia y en un programa aterrizado que resuelva los problemas más agudos de los chilenos.
Cuando dice que dejaron en el pasado esas diferencias, ¿lo conversaron?
Tengo una relación personal y política con el ex presidente Piñera desde hace más de treinta años. Así como hemos tenido discrepancias políticas públicas, siempre hemos sabido dejarlas atrás. Aquí no se trata de que él o yo dejemos de pensar lo que pensamos. Siempre prevalece en ambos, más allá de las diferencias que no niego, el propósito de darle a Chile un gobierno mejor.
¿Cree que Piñera está consciente de que su gobierno cometió los errores que usted menciona?
Algunos de ellos el propio presidente Piñera los ha reconocido públicamente. Yo también creo que él hoy está mejor preparado para gobernar de lo que estaba el 2010. A sus innegables conocimientos técnicos se suma ahora una valiosa experiencia desde La Moneda. Y Piñera no es ciego. Sabe que fracasamos al devolverle el gobierno a Bachelet, que además retornó al poder con un programa que le ha hecho muy mal a Chile.
Usted fue ministro de ese gobierno. ¿Reconoce como propios también esos errores?
He participado en la vida política de la centroderecha en los últimos 30 años. Mi posición no es la de un espectador distante. Por lo mismo, siempre he asumido que así como tengo responsabilidad en los aciertos, también tengo responsabilidad en los errores y omisiones. Creo que es la conducta correcta para cualquier dirigente político. Uno no puede pretender ser el dueño de todos los éxitos y que son otros los responsables de los fracasos.
Usted dice que la centroderecha puede recuperar el poder en 2017 en su libro, pero para eso tienen que cambiar muchas cosas…
El escenario electoral de cara a la próxima municipal es muy favorable para la centroderecha, es muy evidente que hay déficit de institucionalización y de propuestas. En La salida planteo que una de las razones por las que no capitalizamos con suficiente fuerza el desgaste del gobierno tiene que ver con que estamos atrasados en formular un programa alternativo y que si algunos creen que eso hay que hacerlo el 2017, están muy equivocados. El tiempo político presidencial se anticipó. Algunos candidatos ya están corriendo y todos van a correr con la máxima fuerza desde el día siguiente de la elección municipal.
Ya se adelantó Ricardo Lagos. ¿Piñera debe hacer lo mismo?
El ex presidente Piñera ha dicho que va a resolver su postulación en marzo. Pero creo que las condiciones políticas van a obligar a Piñera a adelantar sus planes y dar un paso definitivo al frente mucho antes. Para asegurar el éxito presidencial, eso sí, es fundamental que la centroderecha haga una primaria en la que participen Piñera y todos los candidatos del sector. En una política bajo extrema sospecha como la que hoy existe en Chile, los procedimientos son fundamentales y la unidad es un gran capital. La centroderecha tiene que hacer una primaria con Piñera, el senador Ossandón, los diputados Felipe y José Antonio Kast, y los candidatos de RN y la UDI si resuelven tenerlos. Si la centroderecha no hace primarias, arriesga el resultado presidencial.
Hay quienes creen que sería un error que Piñera adelante sus planes…
Me pareció razonable que Piñera no apareciera de inmediato, como quien dice, siguiéndole el paso a Ricardo Lagos. Pero marzo queda demasiado lejos. La centroderecha no se puede quedar en banda cinco meses a la espera de la definición de quien es hoy su principal carta.
La opción del ex presidente Lagos se sostiene por el escenario de crisis, pero las encuestas le han jugado en contra. ¿Podría ser Alejandro Guillier una amenaza para Piñera?
Lagos ha sido un aporte para la política porque, objetivamente, eleva el nivel del debate. Lagos, no hay duda, sería mejor presidente que candidato. Alejandro Guillier tiene características que bajo ninguna circunstancia deben menospreciarse. Es una persona con gran empatía, no se encuentra identificado con la vieja política y está empezando a levantar un discurso con contenidos programáticos. Ahora, el problema que tienen por igual Guillier y Lagos es uno solo: si van a plantear sus candidaturas para corregir el rumbo del actual gobierno, tienen opción. Si lo hacen, por el contrario, para perpetuarlo, desde mi punto de vista fracasarán.
La última CEP configuró un escenario menos auspicioso para Piñera que el que esperaban en su sector…
Tienes razón. Cuando hay un 60% o 65% de gente que no se pronuncia, evidentemente que el escenario está extraordinariamente abierto. Esta es la elección presidencial más abierta desde 1990.
Usted ha sido crítico de la estrategia política de Chile Vamos. Si Piñera debe adelantar sus planes, ¿qué debería hacer su coalición?
Lo clave es, y es otra de las tesis de mi libro, es que en el Chile de hoy no hay políticos “superhéroes”. Antes se podía ganar una campaña presidencial solamente poniendo por delante la figura del candidato. Ahora se requiere un candidato solvente; dos, un programa sintonizado con las necesidades el país y una fuerza política que le dé respaldo y sustento. Por lo tanto, lo que la centroderecha debe hacer es lo mismo que están haciendo los demás sectores: afinar ese componente triple del éxito para el año 2017. Candidatos, programa y fuerza política de respaldo.
Usted mismo dice en su libro que el problema es que hay un divorcio de la centroderecha con el mundo de las ideas…
Tiene que ver además con una falta de respuesta oportuna. Nada lo refleja mejor que el tema de las AFP. Fue necesaria una marcha multitudinaria para que el tema se tomara la agenda.También me preocupa que la centroderecha en este tema, que va a ser la madre de las batallas programáticas de la próxima elección presidencial, esté atrasada y haya tenido, quizás involuntariamente, una partida falsa.
Tampoco hubo propuestas desde el sector, más bien negación y críticas a la propuesta del gobierno…
La intervención de José Piñera señalando que el actual sistema es un Mercedes Benz, fue una bofetada para todos aquellos que ven con angustia que tienen una pensión indigna. Para bien o para mal la gente “encuadra” su opinión en la centroderecha, y la verdad es que decirle a una mujer jefa de hogar, que ha trabajado treinta años, que ha sacado adelante sola a su familia y que va a tener que enfrentar una jubilación con una pensión de 150 mil pesos, es una bofetada. En mi larga vida política no conozco una analogía más desafortunada que sostener que el actual sistema de AFP es un automóvil de lujo.
Municipales y RN
¿Cómo cree usted que le va a ir a su sector en las municipales?
El escenario es objetivamente muy favorable para la centroderecha. A lo menos por tres razones. Primero, porque el resultado del 2012 fue muy malo. RN y la UDI sumaron 33% y junto al PRI superaron el 40% de la votación. Fue un retroceso, y por lo tanto ahora debería mejorar. En segundo lugar, Chile Vamos tomó una decisión estratégica correcta al adoptar la fórmula de Pepe Auth: en las elecciones locales, a mayor número de candidatos definitivamente hay mayor número de votos. La centroderecha tiene en la elección municipal el triple de candidatos de lo que tuvo el año 2012. Por último, y esto es lo más importante, le favorece el “efecto vuelta de tortilla”. En el año 2012 la centroderecha estaba alineada con el gobierno de Piñera que pasaba por un período de muy baja popularidad. Tenía 32% de apoyo y 57% de rechazo. Ahora el asunto es exactamente al revés. La Nueva Mayoría está alineada con un gobierno que tiene apenas un 19% de respaldo y un 77% de rechazo. Por lo tanto, el escenario es particularmente favorable. A la centroderecha le debiera ir mejor en las cuatro apuestas de las elecciones municipales: número de alcaldes, voto de alcaldes, número de concejales, voto de concejales.
El mismo Pepe Auth cree que va a ganar la Nueva Mayoría porque va a haber una baja votación y en ese escenario el oficialismo tiene más voto movilizado…
Objetivamente hablando es cierto que la abstención perjudica más a la centroderecha que a la izquierda, pero ese es el esfuerzo al que deben abocarse los dirigentes de los partidos en estas semanas que quedan hasta la elección. Las condiciones objetivas son muy favorables. No hay ninguna razón para que fuerzas que apoyan a un gobierno tan impopular prevalezcan en una elección municipal.
Desde ese punto de vista, ¿cómo evalúa la gestión de Cristián Monckeberg al frente de su partido?
No hay mejor juicio para las direcciones de los partidos que las propias elecciones. A fines de octubre todos los partidos van a poder evaluar si sus direcciones lo hicieron bien, más o menos o mal.
¿Es efectiva su incomodidad por cómo la mesa directiva ha conducido al partido?
A mí me interesa que Renovación Nacional (RN) juegue un papel mucho más protagónico en el accionar del país. Al respecto, más que formular críticas, siempre he formulado propuestas respecto de cómo creo que deben hacerse las cosas.
Se dice que ha perdido apoyos en RN y por eso declinó postularse a la presidencia del partido…
A principios de este año muchos parlamentarios y dirigentes me plantearon tal alternativa. Yo considero que RN, como todos los partidos políticos, debe realizar cambios profundos en su accionar y en sus procedimientos, pero también creo que esa tarea la deben encabezar parlamentarios o dirigentes jóvenes. Yo formé RN a principios de los años 90 y fui su presidente durante 6 años. Lo que corresponde ahora es que la responsabilidad la asuman otros dirigentes.
Se dijo que usted pensaba renunciar al partido o no reficharse. ¿Es efectivo?
No ha estado en mi mente renunciar a RN. Siempre he planteado internamente cuáles creo que son los caminos mejores para RN y la centroderecha.
La Tercera/La Tercera


