Macri va al sicólogo dos veces por semana desde hace 25 años

Macri va al sicólogo dos veces por semana desde hace 25 años

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Mauricio Macri no solo es el primer Presidente de Argentina elegido en casi 80 años que no es militante de uno de los dos principales partidos del país (el Peronismo y la Unión Cívica Radical), sino que es el primero en la historia que hace meditación, tiene una maestra budista y además va a terapia con un sicólogo.

Desde hace 25 años, dos veces por semana, incluso ahora que es Jefe de Estado (salvo por algún viaje o problemas de agenda), Macri se presenta en la consulta de Jorge Luis Ahumada, en la avenida Las Heras en el barrio de la Recoleta, en Buenos Aires. Al menos dos autos y dos motocicletas de custodia llevan al gobernante, pero su presencia ya no llama la atención de los vecinos porque están acostumbrados.

Ahumada, el sicoanalista del Presidente argentino, “un profesional respetado internacionalmente, escucha dos veces por semana los mayores temores y las confidencias del hombre más importante del país”, asegura el reportaje de la revista Noticias “Terapia presidencial”, del periodista Juan Luis González.

La razón de que Macri comenzara a asistir a la consulta de este sicólogo fueron los 13 días en que estuvo secuestrado por una banda criminal, hace 25 años. Después de su cautiverio en 1991 “era imperiosa para Macri la necesidad de hacer algo que cambiara su vida y le permitiera volver a encarrilarse”, escribió González en Noticias. En esa época el actual Presidente era gerente general de Socma, pero por sobre todo “el hijo de Franco Macri”, uno de los hombres más ricos de Argentina.

Fueron los años más difíciles de la terapia. Pero, como se ha repetido hasta el cansancio, el secuestro y luego este tratamiento, cambió a Macri para siempre y lo humanizó. Dejó de ser “el hijo de papá”, para asumirse como Mauricio Macri. Así, llegó primero a la presidencia Boca Juniors, luego a la alcaldía de Buenos Aires y ahora a la Casa Rosada.

De hecho, un tema esencial de la terapia habría sido la relación con su padre. “Quizás Mauricio sea uno de los máximos exponentes que Ahumada haya escuchado sobre un retorcido complejo de Edipo”, destacó la revista. Asegura también que hubo algunas recaídas, como cuando necesitó de los cuidados del doctor Ahumada en 2005, después que Macri se separó de su segunda esposa, Isabel Menditeguy.

Al ser consultado por Noticias sobre la dificultad que debe representar atender a Macri como un paciente más, Jorge Ahumada aseguró que “desde ya no es lo mismo. Pero yo trato de que sea absolutamente igual: yo lo espero en mi lugar y él viene, intento que la terapia no cambie y que mi vida tampoco lo haga. Por eso no voy a Olivos (la residencia presidencial), sería cambiar la terapia de un lugar que siempre funcionó. Aunque la objetividad no existe, intento acercarme a ella de la mejor manera posible”.

Y junto con la terapia freudiana a la que se somete Mauricio Macri, también recurre a la meditación y, desde hace tres años, a una maestra budista, Cris. Ella, según la periodista Silvia Mercado, autora del libro El relato peronista, es “el secreto que transformó su fobia (la de Macri) en empatía con la gente, sus temores a estar rodeado de desconocidos al disfrute por los baños de multitud, de personas que lo abrazan, le acercan bebés, lloran en su hombro”.

La Tercera

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