Los dos almuerzos transcurrieron de forma simultánea. En el primero, que tuvo lugar en el Círculo Español, estaban los ex presidentes de la DC y la directiva que encabeza Carolina Goic. En el segundo, que se realizó a solo siete cuadras de distancia -en un comedor del ex Congreso-, su primera vicepresidenta de facto, Yasna Provoste, se reunía con dos de los líderes de la “disidencia” democratacristiana; Aldo Cornejo y Gabriel Silber.
Era el lunes 11 de abril, habían pasado nueve días desde la renuncia de Jorge Pizarro a la presidencia de la DC, y su sector -el mismo de Provoste, Silber y Cornejo-, estaba preocupado y molesto por el curso que habían tomado algunas cosas en el partido. Uno de los motivos del malestar era, precisamente, la conversación que se desarrollaba en ese momento en el Círculo Español.
La mesa había invitado a ex timoneles como Gutenberg Martínez, Soledad Alvear, Andrés Zaldívar, Ignacio Walker y Enrique Krauss, pero no a Pizarro. Y la reunión tenía como objetivo que los ex presidentes constituyeran un “equipo de apoyo” -según la definición que empleó el secretario nacional, Gonzalo Duarte- a la mesa de Goic, que debió ser ratificada en particulares circunstancias tras la renuncia de Pizarro en plena Junta Nacional.
En opinión de la “disidencia” -que se apodó así años atrás por su oposición a Walker- lo que significaba en realidad era una mesa intervenida por el ala “más conservadora” de la DC. Ese lunes marcó el inicio de un nuevo periodo para el sector. Un “rearme” después de lo ocurrido con Pizarro.
Aunque al salir de la cita con los ex presidentes tanto ellos como la mesa buscaron bajarle el perfil al encuentro, afirmando que era más que nada para agradecer a los ex timoneles su rol en la emergencia que se produjo en la Junta, y asegurando que no sería una instancia habitual, en la cita se trataron temas tan relevantes como el proceso constituyente, la elaboración de las líneas programáticas del partido -que estarán a cargo de un equipo liderado, en principio, por Alejandro Foxley- y la manera de afrontar la campaña municipal, donde incluso se le pidió a los ex presidentes tener un rol activo acompañando a los candidatos a lo largo del país.
Al interior de la “disidencia”, en todo caso, ya era motivo de malestar el rol que el mismo grupo de ex timoneles tuvo en la ratificación de Goic en la presidencia. En las tres horas que demoraron en tomar la decisión -el día de la Junta Nacional-, el sector buscó por varios medios una solución alternativa que los dejara mejor posicionados en la nueva mesa. Esto, sobre todo, porque hasta esa mañana la presidencia era suya, y con Goic la perdían.
Pidieron evaluar que hubiera elecciones, o buscar un acuerdo político, en vez de uno basado en los estatutos, pero la crisis del momento no les daba margen de acción; finalmente Provoste y Soledad Lucero -que representa a otra facción, cercana a la “disidencia”- dieron la unanimidad.
El almuerzo en el Círculo Español se sumaba, además, a otro episodio que había inquietado al grupo tres días antes, cuando Goic tuvo la reunión protocolar con la Presidenta Bachelet. Asistió sola, aunque la “disidencia” dice que la molestia no radicó en eso, sino en que se enteraron de la reunión por la prensa.
Luego de esa cita, en La Moneda, y a propósito de algunas versiones que la situaron como una suerte de “democratacristiana de izquierda” por su rol en la tramitación en la reforma laboral, Goic dijo: “Se me ha tratado de encasillar en una caricatura, y no voy a caer en esa discusión, sino que más bien voy a hablar de cómo, desde nuestra identidad, aportamos al proyecto común que hemos comprometido y que estamos seguros que Chile necesita”.
El concepto ”identidad DC” fue fuertemente acuñado por Walker en sus cuatro años de mandato, y también por Martínez.
El grupo no exime de responsabilidades a Pizarro. Semanas antes de que renunciara, las relaciones con algunos de ellos se habían enfriado. Creían que tanto por la “mesa de unidad” como por los propios problemas personales que lo afectaban, Pizarro “sacrificó” al sector en varias oportunidades, cediendo espacios a las otras corrientes internas.
Admiten, también, que durante los meses en que condujo el partido, el sector estuvo en una especie de “stand by” que recién terminó el lunes pasado. Mañana tendrán una nueva nueva cita del sector, esta vez, con temario y tareas, en la que definirán también a su nuevo representante en la mesa directiva.
Aunque el nombre no está totalmente definido, un candidato altamente probable es Claudio Rodríguez, un militante del sector con bajo perfil público pero que tuvo un rol importante en el trabajo territorial que hizo Provoste para la Junta Nacional de 2014.
Pese a los reparos, en la disidencia dicen que su objetivo no es tener un rol de oposición, sino hacer valer su presencia y la de sus ideas en ella y en todas las instancias partidarias. Ya han tenido conversaciones con Goic sobre el tema. Una de ellas, el miércoles, donde además de abordar la incorporación de Rodríguez, habrían recibido señales tranquilizadoras respecto de su presencia en las comisiones programáticas y electorales del partido.
“Honestamente, entendemos que tenemos un desafío general importante. No podemos, los más antiguos, aparecer todos contra todos. Tenemos que demostrar que esta generación es capaz de tener liderazgos distintos que se relacionan de buena forma por un trabajo comunitario”, señaló Provoste al respecto. (La Tercera)
