Seis años del 27 F

Seis años del 27 F

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EL DEVASTADOR terremoto y posterior tsunami del 27 de febrero de 2010 será una fecha imposible de borrar de la memoria de los millones de chilenos. Esto pues no sólo fue el sexto terremoto de mayor magnitud del que se tenga registro a nivel mundial, sino que afectó a más de 50 ciudades y 900 pueblos a lo largo del país, destruyó las viviendas de más de 800 mil familias, dañó cerca de 80 hospitales, más de 4.600 colegios, afectó 1.600 km de caminos, y dañó 1.700 obras de infraestructura pública. Pero más que por los enormes daños físicos que sufrió el país, lo que Chile jamás podrá olvidar son las 550 vidas de nuestros compatriotas que se perdieron ese fatídico día.

A seis años, el país logró ponerse de pie y prácticamente recuperarse en su totalidad del tremendo daño físico y humano que significó este terremoto. A pesar que aún resta concluir la reconstrucción de algunas viviendas, es notable que gran parte de los caminos y puentes ya fueron recuperados, los colegios levantados, los hospitales se encuentren operativos, las familias fueron capaces de volver a poner de pie sus viviendas, pero sobre todo, Chile supo retomar la normalidad después del desastre. Los chilenos debemos sentir gran orgullo pues hace cinco años, nos unimos y logramos juntos levantar un país que estaba en el suelo, y si lo logramos fue justamente gracias a la unidad que mostramos posterior al 27F.

Este liderazgo y unidad demostrada por el país también fue motivo de admiración a nivel global. De hecho, Doug Ahlers, especialista en recuperación de catástrofes del Centro Rockefeller para Asuntos Latinoamericanos, señalaba que “si hablas con los chilenos, te dirán que la reconstrucción fue lenta. Pero si le preguntas a cualquier persona de afuera, el mundo está sorprendido, atónito por la rapidez con la que se reconstruyó. La experiencia de Chile, para estándares mundiales, humanos, fue rápida”. Para Ahlers, la clave del exitoso proceso fue contar con un Gobierno competente, baja corrupción, alto compromiso de autoridades y la sociedad civil y fundamentalmente en haber establecido una meta ambiciosa. De hecho, Ahlers agrega que “la primera vez que vine y me dijeron que reconstruirían el país en cuatro años, me reí. Parecía una locura. Pero llegaron muy cerca de la meta. Para mí, imponerse un plazo fue clave. Porque cuando no tienes un plazo, pierdes el foco, el sentido de urgencia”.

Lamentablemente parece haberse olvidado esta forma de enfrentar los desafíos para cumplir con las tareas que aún restan. Según los últimos datos oficiales, al 31 de septiembre se han entregado 219 mil viviendas de las 227 mil viviendas pendientes. Es decir, desde marzo de 2014 han sido entregadas 19 mil viviendas, esto es, se pasó de un promedio de cerca de 5 mil viviendas por mes en febrero de 2014, a menos de mil viviendas al mes, menos de un cuarto de la capacidad de construcción previa. Confirma lo anterior, la lenta reconstrucción de viviendas afectadas por otros desastres naturales durante este período que, menor en magnitud, muestra escaso avance.

Es de esperar que logremos recuperar la unidad demostrada justo después del terremoto, sentirnos orgullosos de cómo logramos levantar el país desde el suelo y que el gobierno pueda revisar las recetas que llevaron a hacer de la reconstrucción del 27 F un motivo de admiración a nivel mundial.

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