El Ministerio de Hacienda informó este martes la sorpresiva renuncia del presidente de BancoEstado, Guillermo Larraín Ríos.
Los motivos de esta dimisión, que se hará efectiva a partir del próximo 30 de septiembre, no fueron detallados por las autoridades.
En su reemplazo asumirá el ex ministro Jorge Rodríguez Grossi, que hasta el momento de esta designación ejercía como presidente del directorio del proyecto hidroeléctrico Alto Maipo.
Larraín llegó a la presidencia de la entidad el 8 de julio, luego que Rodrigo Valdés dejara el cargo para desempeñarse como ministro de Hacienda. Previo a este cambio, era el vicepresidente de Banco Estados desde marzo de 2014.
Rodríguez, que asumirá el 1 de octubre en el nuevo cargo, es ingeniero comercial de la Universidad de Chile y Master of Arts en Economía de la Universidad de Boston. Fue subsecretario de Hacienda y de Desarrollo Regional, además de ministro de Economía, Energía y Minería del Gobierno de Ricardo Lagos.
Tras desempeñarse como presidente de la Empresa de Ferrocarriles del Estado, ejerció como miembro del Consejo Directivo de BancoEstado entre 2010 y 2014.
También se ha desempeñado en el ámbito académico, ejerciendo como decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Alberto Hurtado y como fundador del programa de postgrado en Economía de ILADES/Georgetown University. Ha sido consultor del Banco Mundial, BID, CEPAL y otros organismos.
ORIGENES
El sindicato de trabajadores de BancoEstado debe ser, por lejos, uno de los más poderosos del país. Después de todo, el hecho de contar con unos 9.000 integrantes, le da una capacidad de negociación no menor, ya que una huelga, por ejemplo, podría afectar a una gran parte de la población.
La razón: a través de sus canales se realiza el pago de jubilaciones, beneficios sociales, bonos, entre otros servicios, los que se podrían ver en riesgo si la entidad dejara de operar de manera normal.
Y fue ese poder el que se hizo sentir en la última negociación colectiva que se llevó a cabo con la administración de la entidad estatal. Esto porque luego de que no se llegara a acuerdo en las condiciones que pedían los trabajadores, a fines de agosto cerca del 95% de los sindicalizados votaron a favor de la huelga.
Sin embargo, esto no llegó a ocurrir, ya que días después, durante la primera semana de septiembre, la medida fue depuesta y se acordaron ciertas condiciones, cuya duración será por el plazo que dura el contrato, es decir, 27 meses.
Pero, ¿cuál fue el punto que más llamó la atención del nuevo acuerdo? el pago de un bono de término de conflicto de unos $ 6.300.000 por trabajador, lo que implica, en total, unos US$ 83,6 millones.
Eso sí, cabe señalar que según altos ejecutivos de la institución financiera, el bono es menor al que exigían inicialmente los dirigentes de los trabajadores.
Pero de todas formas, el monto no deja de ser significativo. Para tener un punto de comparación, el monto total que será destinado al pago del beneficio equivale al 51% de las utilidades -antes de impuesto- al primer semestre del banco.
Ahora, si se considera la utilidad atribuible a propietarios después de impuestos -ya que su carga impositiva es mayor a la de las entidades privadas-, la proporción sube a casi 90% de sus retornos en los primeros seis meses del año, con poco más de US$ 93,3 millones.
Según afirmaron fuentes relacionadas a la entidad encabezada por Guillermo Larraín, uno de los factores que debieron tener en cuenta para solucionar el conflicto fue la contingencia, ya que el Ejecutivo y el Congreso se encuentran en plena discusión de lo que será el proyecto de Reforma Laboral.
«¿Cómo, en un momento así, BancoEstado iba a salir enfrentándose a una huelga?», señaló, agregando que por ello se intentó solucionar esta situación de manera rápida.
Por otro lado, si bien ejecutivos de BancoEstado comentan que esto forma parte de un proceso «normal», y agregan que, por ejemplo, en la última negociación colectiva -realizada durante el gobierno anterior-, hace poco más de dos años, habían logrado un bono de término de conflicto de poco más de $ 4.000.000, lo cierto es que en algunos círculos el acuerdo generó molestia.
«El país y la economía no están para andar pagando estas cifras, es impresentable», señaló un ejecutivo, quien agregó que si bien se trató de hacer notar a la contraparte que el crecimiento del sector no guardaba relación con el bono que se acordó pagar, no se pudo llegar a un punto medio.
Y a pesar de que se había diseñado un «plan de emergencia» para operar en un escenario de huelga, lo cierto es debido al alto porcentaje de sindicalizados era prácticamente imposible no generar un efecto negativo de importancia para el país.
LOS PLAZOS DEL NUEVO CONTRATO
Al ser consultados formalmente, desde BancoEstado informaron que «la negociación colectiva es un proceso reglado, regido por el Código del Trabajo, y se llevó a efecto de acuerdo con la normativa vigente y los plazos legales establecidos».
Además, explicaron que la política de la entidad es no referirse públicamente «a los temas asociados a la negociación colectiva. Esto, en atención al carácter estratégico que puede adquirir esta información dado el mercado en que compite la empresa».
Luego, agregaron que el nuevo Contrato Colectivo –vigente desde 1 de septiembre de 2015- se extiende por 27 meses, plazo en el que se devengan los beneficios establecidos para los trabajadores, y que los resultados de esta negociación «son compatibles con el cumplimiento de los objetivos definidos en el Plan Estratégico 2014 – 2018 que da importancia sustantiva a las relaciones laborales y plantea desafíos de productividad y eficiencia relevantes que el banco debe alcanzar».


