El reciente informe de la Dirección de Presupuestos (Dipres) sobre la ejecución presupuestaria a octubre prácticamente confirma que el Gobierno se encamina a incumplir por tercer año consecutivo su meta de reducción del desequilibrio estructural de las finanzas públicas.
El gasto público registró un aumento del nueve coma uno por ciento real anual en octubre. En lo que va del año, el incremento acumulado llega al tres coma seis por ciento, superando el dos coma seis por ciento que había sido proyectado en el último Informe de Finanzas Públicas (IFP).
El fuerte gasto de octubre se vio influenciado por un alza del cuatro coma dos por ciento en subsidios, asociados principalmente al financiamiento de la gratuidad en educación superior.
El principal motor del crecimiento del gasto fue el desembolso en personal, que anotó un incremento real del doce coma tres por ciento. El cincuenta y seis por ciento de este aumento se explica por el Ministerio de Educación, debido al traspaso de servicios educativos a los Servicios Locales de Educación que están en implementación.
Este gasto en personal se verá aún más presionado en diciembre con el inicio de los pagos de beneficios correspondientes al reajuste salarial del sector público.
Mientras se proyecta un desequilibrio de las cuentas fiscales por sobre el dos por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) para el año 2025, el Ejecutivo apuesta a los dividendos de las empresas públicas para intentar atenuar este magro panorama.
Economistas consultados ven difícil que estos aportes logren revertir el déficit actual y alertan que esta situación continuaría «erosionando la credibilidad de la institucionalidad fiscal».
En este contexto, el Consejo Fiscal anunció que se reunirá con los equipos económicos de los candidatos presidenciales para abordar la situación.
Un dato positivo en el ámbito económico fue el precio del cobre, que se disparó, alcanzando un nuevo máximo de cinco coma trece dólares por libra.
En cuanto al crecimiento económico, el promedio de la actual administración, que lleva cuarenta y cuatro meses en el poder, es de solo uno coma setenta y siete por ciento. Esto convierte al actual ciclo de crecimiento en el segundo peor desde el regreso a la democracia, superando únicamente al de la segunda administración de la expresidenta Michelle Bachelet.
Entre los especialistas existe la convicción general de que son los factores internos o endógenos los que más parecen haber afectado el crecimiento de largo plazo de la economía chilena. (NP-Gemini-Emol)
