El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está intensificando sus políticas antiinmigratorias tras el ataque a tiros que cobró la vida de un miembro de la Guardia Nacional en Washington. El ataque, presuntamente cometido por un ciudadano afgano que llegó al país bajo un programa de reasentamiento de la era Biden, ha servido como catalizador para que Trump ordene medidas drásticas con el objetivo de «detener permanentemente la inmigración» a EE.UU.
Envalentonado, Trump se dirigió al público y a las tropas desde Mar-a-Lago, donde calificó la atrocidad como un recordatorio de la necesidad de un control total de las fronteras. El presidente describió a los migrantes como «inútiles» y «sin verificar» y prometió acciones para expulsarlos del país.
Suspensión de Asilo: El director de Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS), Joseph Edlow, anunció la pausa de todas las decisiones de asilo «hasta que podamos garantizar que cada extranjero sea investigado y examinado al máximo grado posible». A finales de agosto, más de 2,2 millones de inmigrantes estaban esperando decisiones o audiencias de asilo.
Reevaluación de Green Cards: Edlow también ordenó una «reevaluación completa y rigurosa de cada green card para cada extranjero de cada país de interés». USCIS remitió a 19 países listados en una proclamación presidencial de junio, que incluyen a Afganistán, Irán, Haití, Cuba y Venezuela.
«Migración Inversa» y Pausa Permanente: Trump intensificó su retórica al pedir una «migración inversa» y prometió pausar permanentemente la migración de todos los «países del Tercer Mundo», añadiendo que removería a cualquiera que no fuera un «activo neto para Estados Unidos».
Revisión de Refugiados y Familias: El Gobierno ya se estaba moviendo para volver a entrevistar a ciertos refugiados admitidos en la era Biden. Además, Trump ha expresado su disposición a deportar a la esposa e hijos del sospechoso del tiroteo, señalando que están «analizando toda la situación con la familia».
SOSPECHOSO DEL TIROTEO
El sospechoso del tiroteo del miércoles, Rahmanullah Lakanwal, es un ciudadano afgano que llegó a EE.UU. en 2021 bajo la “Operación Bienvenidos Aliados” (programa de reasentamiento post-retirada de Afganistán). Lakanwal, quien trabajó con fuerzas estadounidenses (incluida la CIA) a partir de 2011 y fue investigado sin encontrarle antecedentes, solicitó asilo en 2024, el cual fue concedido por el Gobierno de Trump en abril de 2025. Lakanwal enfrentará un cargo de homicidio.
RESPALDO POLÍTICO Y CRÍTICAS
Los anuncios de Trump marcan un cambio importante de política en línea con sus promesas de campaña de remodelar fundamentalmente el sistema de inmigración. Aliados como Andrew Kolvet, portavoz de Turning Point USA, elogiaron la medida como la «políticamente más popular» del presidente.
Otras Medidas: El secretario del Tesoro, Scott Bessent, anunció que se tomarán medidas para impedir que los inmigrantes indocumentados reciban beneficios basados en impuestos federales, reservando los programas únicamente para ciudadanos estadounidenses.
Visión de Stephen Miller: Stephen Miller, principal arquitecto de la política migratoria de Trump, criticó a quienes defienden a los refugiados afganos, argumentando que la migración masiva implica importar «sociedades» y que los migrantes «recrean las condiciones y terrores de sus patrias rotas».
Advertencia de Defensores: Defensores han advertido que la retórica y las acciones de Trump podrían dañar a la comunidad afgana en Estados Unidos, la cual supera los 190.000 reasentados desde 2021. El director ejecutivo de AfghanEvac señaló que el acto violento aislado de un individuo no debe usarse para «definir o menospreciar a toda una comunidad». (NP-Gemini-CNN)
