Panorama empresarial chileno en el 2026

Panorama empresarial chileno en el 2026

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El próximo año promete ser más interesante que el 2025. Finalmente, el compás de espera en que se encontraban muchos empresarios llegará a su fin. Si bien lo más probable es que experimentemos un crecimiento moderado de entre 2 y 3% el 2026, se deberían despertar los espíritus animales en el mundo empresarial con la eventual llegada de un nuevo gobierno de derecha y generarse las condiciones para llevar a la economía a crecer más rápido en los años siguientes. En particular debiéramos esperar noticias positivas para las industrias del cobre, litio, energías renovables, agro-tech y servicios digitales entre otras, junto con la llegada de mayor inversión extranjera. Para lograr esto último lo más probable es que el nuevo gobierno mande una señal potente en materia de permisología.

El ecosistema de emprendimiento por su parte debiera continuar en el proceso de “selección natural” que se encuentra actualmente. En efecto, los fondos de VC, más duros y escépticos, ya dejaron atrás la era del dinero fácil. En el entorno existente sólo sobreviven las startups que resuelven problemas reales, no las que viven contando cuentos de culebras. Por otra parte, la colaboración entre las empresas tradicionales y startups ya no será simplemente una opción “cool”: será el salvavidas natural para las empresas tradicionales que no quieran despertar un día y descubrir que fueron superadas por equipos de diez personas trabajando desde un cowork.

En el plano laboral en el 2026 la cosa podría ponerse brutalmente amenazante: quienes no tengan habilidades digitales irán quedando cada vez más fuera del juego. No hay romanticismo en esto. La IA generativa, la automatización y el análisis de datos no están “llegando”; están desplazando modelos completos de trabajo. En este contexto la batalla por el talento será cada vez más feroz, y las empresas que no entiendan que deben invertir en capacitación terminarán pagando el precio en productividad y competitividad.

El consumidor chileno del 2026 será más exigente. Comparará, exigirá y se cambiará de marcas en algunos de los productos que está acostumbrado a consumir. Habrá menos tolerancia a los servicios mediocres y a las marcas que prometan más de lo que entregan. El e-commerce continuará expandiéndose; será la arena donde se librarán batallas en varios sectores, obligando a las empresas de todos los tamaños a invertir en logística inteligente, omnicanalidad y experiencias digitales sin excusas.

En definitiva, el Chile empresarial del 2026 no es para los frágiles ni para los nostálgicos. Será un año en el que ocurrirán cosas importantes producto del eventual cambio en el direccionamiento político y económico del país, así como también del avance tecnológico cada vez mas acelerado que está viviéndose en el mundo empresarial. (Ex Ante)

Luis Hernán Paul