Despliegue territorial de Kast opacado por vínculos con caso Bielorrusa

Despliegue territorial de Kast opacado por vínculos con caso Bielorrusa

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El candidato presidencial del Partido Republicano, José Antonio Kast, comenzó la semana con una intensificación de su despliegue territorial, buscando proyectar una imagen «más popular» de cara a la segunda vuelta. Esta estrategia quedó ejemplificada este jueves con una foto suya en la feria Santa María de Arica, donde se le ve con delantal, rodeado de gente y vendiendo tomates, un diseño de campaña planificado con antelación.

El comando, encabezado ahora por el exconvencional Martín Arrau, organizó una gira que abarcó La Araucanía, Los Lagos y Arica, cuyos detalles se afinaron en una reunión que se extendió hasta la madrugada del mismo domingo de la elección. El relato central de la campaña se centró en el trabajo en terreno, acompañado por un esfuerzo simultáneo para asegurar el respaldo de las otras fuerzas de derecha.

A diferencia de su campaña anterior, el republicano logró amarrar rápidamente los apoyos clave, incluyendo reuniones de sus equipos programáticos y económicos con los de Evelyn Matthei, y encuentros entre el timonel republicano, Arturo Squella, con los tres partidos de Chile Vamos y el Partido Nacional Libertario. El balance en este frente fue positivo, logrando evitar un flanco que fue problemático en 2021.

Sin embargo, el buen diagnóstico de la semana se vio seriamente nublado por la vinculación del diputado Cristián Araya con la llamada trama bielorrusa. Según Ciper, el parlamentario habría recibido $1.7 millones del conservador de Puente Alto, Sergio Yáber, quien está siendo investigado por lavado de dinero en el caso del consorcio bielorruso.

Este tema obligó al comando a salir a responder en varias ocasiones, abriendo el primer flanco relevante en la campaña, que lo medirá con la candidata oficialista Jeannette Jara. El principal asesor del candidato, Cristián Valenzuela, se encargó del control de daños, solicitando todos los antecedentes a Araya y alineando la bajada comunicacional de los dirigentes de la colectividad.

El propio candidato abordó la polémica el jueves en Arica, donde si bien descartó las «defensas corporativas», cuestionó los antecedentes, calificándolos como parte de una estrategia de «difamaciones y mentiras» en su contra. La línea comunicacional oficial apunta a cuestionar la solidez de los datos y, al mismo tiempo, dejar abierta la puerta a sanciones internas si surgen nuevos antecedentes.

Otro punto de presión para el comando es la negativa de Kast a participar en algunos debates, como el organizado por Mega, decisión que ha generado críticas y ha abierto una discusión interna sobre los costos de ceder espacios de exposición. Kast ha defendido su postura argumentando que elegirá los programas a los que asiste y solo garantizará su participación en aquellos donde hayan concordado ambos candidatos, confirmando hasta ahora solo Archi y Anatel.

Mientras sigue la disyuntiva sobre su asistencia al streaming Bad Boys de Franco Parisi, cuyo electorado es clave, Kast continuó con su agenda territorial. En un ejemplo de los riesgos de la nueva veta «más popular», el candidato fue abucheado en Franklin al aparecer en compañía del alcalde de Santiago, Mario Desbordes, aunque también recibió muestras de respaldo.

El comando insiste en que el perfil «más popular» no se relaciona con la polémica sobre el uso de un podio blindado para sus puntos de prensa —cuyo uso fue atribuido a motivos de seguridad y cuestionado por Jara—, sino que es parte del diseño de campaña. La próxima semana mantendrá la misma tónica: un intenso despliegue en regiones y actividades en terreno. (NP-Gemini-La Tercera)