El Consejo General extraordinario de Renovación Nacional (RN), celebrado telemáticamente por más de tres horas la noche del martes, se transformó en una profunda sesión de catarsis tras los magros resultados del 16-N. El partido no solo vio a su candidata, Evelyn Matthei, obtener un quinto lugar, sino que registró su peor desempeño en la Cámara de Diputados desde el retorno a la democracia. No obstante, la colectividad destacó la elección de cuatro senadores, a diferencia de sus socios UDI y Evópoli, que no lograron ningún escaño en la Cámara Alta.
El senador y timonel de RN, Rodrigo Galilea, abrió el debate con un análisis de los sufragios, defendiendo que la diferencia de votación entre el pacto de la derecha tradicional (incluyendo Demócratas) y «Cambio por Chile» (liderado por Republicanos) fue mínima, de apenas uno o dos puntos. Sin embargo, Galilea apuntó directamente a la mala performance de sus socios de pacto, Evópoli y Demócratas, señalando que en varias regiones no lograron obtener ni un punto porcentual, lo que costó escaños esperados por RN, ejemplificando con el caso de Coquimbo.
El análisis también identificó el impacto del Partido de la Gente (PDG), factor que fue reconocido por varios consejeros, quienes se preguntaron cómo la colectividad logrará conectar con el electorado al que sí llegó el PDG en el norte del país.
El exministro y extimonel Cristián Monckeberg reiteró que la elección parlamentaria fue «modesta» e insistió en un planteamiento que generó controversia: la necesidad de que RN se sume «fuertemente» a un eventual gobierno de José Antonio Kast. Monckeberg argumentó que el partido debe aprender de los errores de la actual administración, que creó un «gobierno de dos almas» al incorporar una segunda coalición, y pidió un apoyo monolítico al candidato republicano.
La intervención de Monckeberg, que excedió el tiempo reglamentario, concluyó con una evidente molestia por parte del extimonel, quien fue cortado por el prosecretario del partido. Este impasse fue calificado como una «falta de respeto» por su esposa, la senadora Paulina Núñez, evidenciando las fuertes tensiones internas.
En este clima de recriminaciones, la disidencia ha presionado por la renuncia de la directiva de Galilea, cuya fecha de renovación está fijada para marzo, argumentando que una dirigencia debilitada no puede liderar las negociaciones con Kast. El alcalde Mario Desbordes, expresidente de RN, ha manifestado que la actual mesa «no es legítima».
Ante esta pugna, dirigentes como el senador electo Andrés Longton y el diputado reelecto Diego Schalper hicieron un llamado a la unidad y la cautela. Longton subrayó que las diferencias internas del partido o las que existan con José Antonio Kast deben ser conversadas «después de la segunda vuelta, a puertas cerradas» y con un «sentido de unidad». Schalper reforzó esta idea, advirtiendo que ventilar las «disquisiciones internas» en la prensa debilita la candidatura presidencial y la capacidad de influir del partido, sentenciando que «cualquier conversación distinta a esa puede esperar un par de semanas».
Tras las intervenciones de los líderes nacionales, dirigentes locales propusieron convocar un consejo ideológico o doctrinario para redefinir el domicilio político de la colectividad y cuestionaron la continuidad de la alianza con Demócratas, además de la pertinencia de autoinvitarse anticipadamente a un eventual gobierno republicano. (NP-Gemini-La Tercera)



