Comando de Jara se prepara para el balotaje con énfasis en la...

Comando de Jara se prepara para el balotaje con énfasis en la moderación

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El equipo de campaña de la candidata Jara ha delineado una estrategia comunicacional con tres posibles escenarios para la noche de este domingo, una vez conocidos los resultados electorales. Los mensajes varían en caso de una victoria, ya sea estrecha u holgada, y uno menos probable en caso de no pasar a segunda vuelta.

Independientemente del margen, y en línea con las proyecciones que la sitúan en primer lugar, el comando planea adoptar un tono triunfalista. Esto, a pesar de que el resultado se ubique cerca del 30% del voto duro de izquierda y proyecte un desafío complejo en un eventual balotaje contra Kast.

Internamente, en la primera vuelta, el comando destaca dos logros estratégicos clave. El primero es haber logrado desmarcar la campaña del Partido Comunista (PC), incluso enviando señales de distancia a la directiva de dicha colectividad. Esto permitió perfilar a Jara en temas sociales más amplios, como la propuesta de un ingreso mínimo de $750 mil, ajenos al identitarismo de la Convención Constitucional fallida.

El segundo acierto ha sido tomar distancia del Presidente Boric, una táctica que buscaba ensanchar su base electoral hacia sectores más moderados.

Este análisis se mezcla con una autocrítica sobre los vacíos pendientes de cara a la segunda vuelta, particularmente la dificultad para incorporar figuras de peso del Socialismo Democrático y un jefe económico que entregue señales de certeza para conectar con un electorado menos polarizado, crucial para superar su piso electoral.

Asumiendo el escenario esperado, el equipo de Jara se enfocará en definir el tono y los ejes temáticos para confrontar directamente a Kast en el mes de campaña restante. Si bien en la primera vuelta Jara enfrentó ataques de diversos candidatos, incluso supuestos afines como Enríquez-Ominami, la nueva etapa será un duelo directo con el republicano.

Darío Quiroga, coordinador estratégico de Jara, ha señalado que, aunque las tácticas podrían ajustarse al margen de la votación, se mantendrá una línea clave: el desmarque del actual Gobierno. La apuesta es que el 30% de votantes leales a la administración actual se mantendrán disciplinados con su candidatura.

La candidata seguirá enfatizando su distancia del PC, incluso reiterando que congelaría su militancia si llega a La Moneda, buscando levantar un discurso de coalición amplia que incluya a figuras de la Democracia Cristiana (DC).

Persisten las dificultades internas, como la decisión de no designar a un nuevo «hombre fuerte» del comando y el rechazo de economistas de peso a incorporarse al equipo de segunda vuelta, replicando la situación con Eyzaguirre y García en la etapa inicial.

Hoy, la necesidad urgente es incorporar figuras que conecten con el nuevo electorado generado por el voto obligatorio: gente menos politizada, con demandas sociales claras, y votantes jóvenes, identificados principalmente en los sectores D y E.

Líderes de alta popularidad, como los alcaldes Macarena Ripamonti, Matías Toledo y Tomás Vodanovic, han comenzado a asumir roles más visibles. No obstante, Vodanovic, visto como un posible vocero potente, mantiene dudas sobre dedicarse a tiempo completo a la campaña. Otro desafío crucial es conquistar el voto nulo.

En el Socialismo Democrático, la tesis predominante es la moderación para asegurar los votos del centro, sin descuidar la necesidad de exponer a Kast como una alternativa extrema. Creen que el republicano se verá complicado al intentar sumar los apoyos del ala más dura que representa Kaiser, evitando así entrar en temas valóricos que incomodaron a su sector en el Consejo Constitucional.

Por el contrario, el Frente Amplio (FA) y el PC plantean polarizar la elección llevando a Kast a terrenos incómodos, anticipando que esto reduciría el voto nulo. La centroizquierda se resiste a este diseño por el riesgo de alejar a los votantes de centro. Finalmente, el oficialismo subraya la importancia de mantener la moral alta, ya que un mal resultado en las elecciones parlamentarias podría debilitar fuertemente a la coalición y desincentivar el trabajo de base. (NP-Gemini-Ex Ante)