El ministro de Relaciones Exteriores de Japón, Toshimitsu Motegi, urgió este jueves a Beijing a tomar las «medidas adecuadas» contra un cónsul chino en Osaka, Xue Jian, que realizó comentarios extremadamente inapropiados en redes sociales, incluyendo un llamado a «cortar la cabeza» de la primera ministra nipona, Sanae Takaichi. El incidente se produce en medio de un repunte de las tensiones bilaterales, impulsadas por las declaraciones de la líder japonesa sobre una posible intervención militar en caso de un ataque a Taiwán.
Desde Canadá, donde participaba en la reunión ministerial del G7, el canciller Motegi lamentó las «repetidas declaraciones inapropiadas» del cónsul, quien afirmó en la red social X que «no tenemos más remedio que cortar la cabeza inmunda» de Takaichi. El comentario surgió después de que la primera ministra señalara que un ataque militar a Taiwán justificaría una intervención de las Fuerzas de Autodefensa de Japón. Motegi confirmó que el polémico mensaje de Xue Jian ha sido eliminado de la plataforma.
Las declaraciones de Takaichi, la primera mujer en liderar Japón, han generado una fuerte fricción con Beijing, empañando los signos de buen entendimiento que se habían visto tras un reciente encuentro con el presidente chino, Xi Jinping. La primera ministra se reafirmó en sus comentarios sobre una posible respuesta militar, y el portavoz gubernamental japonés, Minoru Kihara, señaló que la postura de Tokio hacia Taipéi «ha cambiado». China condenó los dichos de Takaichi como una grave injerencia en sus asuntos internos, advirtiendo que cualquier intento de obstaculizar su «reunificación nacional» con Taiwán está «condenado al fracaso».
Este incidente revive la tensión sobre el estatus de Taiwán, isla que China considera inalienable y sobre la que no renuncia al uso de la fuerza para la «reunificación». Taiwán, por su parte, mantiene que la República de China y la República Popular China «no están subordinadas entre sí» y ha manifestado que seguirá fortaleciendo sus vínculos con Japón para «salvaguardar conjuntamente la paz, la estabilidad y la prosperidad» en el Indopacífico. La postura japonesa de una posible intervención en el conflicto ya había sido esbozada por el ex primer ministro Shinzo Abe, en el marco del acuerdo de seguridad que une a Tokio con Estados Unidos y sus aliados. (NP-Gemini-Agencias-Emol)



